El jueves, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 4 (TOC 4) dispuso que Omar “Caballo” Suárez, líder indiscutido del sector gremial marítimo durante muchos años, deberá cumplir prisión preventiva durante un año más, a la espera del juicio oral que podría comenzar en los primeros meses de 2019.

En su resolución, los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Guillermo Costabel y María Gabriela López Iñíguez indicaron que la ley prevé prolongar las prisiones preventivas en causas complejas y argumentaron que existen riesgos procesales de que Suárez entorpezca la investigación, en caso de ser liberado.

A raíz de esa decisión judicial, se encendieron varias alarmas en importantes despachos del sector naviero. Sucede que desde el entorno de Suárez confirmaron que el sindicalista empezó a negociar convertirse en arrepentido y aportar información en la Justicia de todas las operaciones que el sindicato realizó especialmente a partir de 2004 y hasta el fin del gobierno de Cristina Kirchner. Al menos seis empresarios serían sindicados como partícipes de distintas maniobras.

Suárez estuvo al frente del SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos), uno de los 12 sindicatos que nuclea al personal embarcado y terrestre de la Marina Mercante, pero el único con llegada directa al poder político central y por lejos el más aceptado por el resto de la dirigencia gremial nacional.

Está acusado de una serie de irregularidades cometidas presuntamente en perjuicio de su gremio, como también del delito de “entorpecimiento de las vías navegables”. Está imputado como jefe de una asociación ilícita.

El juez Rodolfo Canicoba Corral ordenó la detención de Suárez y dispuso decenas de medidas de prueba para desentrañar posibles delitos que explicarían el exponencial crecimiento del SOMU. Suárez transformó al sindicato en un pool de empresas. Bajo distintas formas societarias el sindicato llegó a tener negocios navieros, empresas de remolque, agencias marítimas, un buque escuela, una escuela de capacitación en sociedad con el Centro de Capitanes de Ultramar (que funciona hasta ahora), miles de hectáreas de campo, hoteles y otros emprendimientos. Todo siempre en forma abierta y con decenas de funcionarios nacionales y hasta bandas de música militares enmarcando cada evento.

Antes de la detención de Suárez, Canicoba ordenó la intervención del sindicato y varios de sus emprendimientos conexos. La intervención finalizó a principios de 2018 en medio de denuncias de los propios sucesores del dirigente detenido por faltantes de dinero y más de 200 nombramientos de personal que pasó a integrar la nómina salarial del sindicato.

El jueves, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 4 (TOC 4) sostuvo que “en todo momento se hizo hincapié, sobre la base de indicadores concretos y objetivos, cuya veracidad la defensa cuestiona pero no controvierte mediante elementos de prueba, en la probabilidad de que el imputado ejerciera influencia sobre los empleados y afiliados del conglomerado de personas jurídicas que conducía, con el fin de incidir sobre la disponibilidad de la prueba instrumental de los hechos investigados”.

Los jueces explicaron que “persisten las dificultades para poder celebrar en lo inmediato el debate oral y público, máxime considerándose que en el día de ayer (12/9) fue elevado a este Tribunal un tercer tramo de la pesquisa que involucra a otros trece imputados”. Por lo tanto, agregaron que “se estima que la la audiencia prevista en el art. 359 del CPPN podrá ser
iniciada durante el primer semestre del año 2019″.

En consecuencia, el ex sindicalista permanecerá en la cárcel durante un año más, contabilizándose a partir del 13 de septiembre de 2018. De todos modos, tal como indicaron los magistrados, el veredicto final para Suárez se conocerá antes del cumplimiento de la nueva prórroga de su prisión preventiva. A partir de esta decisión, el sindicalista empezó a negociar convertirse en arrepentido.

Dentro de las listas de empresas comprometidas en distintos ilícitos relacionados con la obra pública habría al menos cuatro navieras. Canicoba Corral parece empeñado en avanzar en dirección a la pata empresaria y en el accionar de al menos tres gremios del sector que se convirtieron en socios incondicionales de Suárez y cuyos históricos dirigentes aún siguen en funciones.

En mayo de 2012, en el marco de la misión comercial a Angola, Cristina Kirchner le dedicó unas palabras al sindicalista: “Gracias, Suárez, a veces nos peleamos porque me hace cada lío por ahí… pero yo lo quiero mucho igual”, dijo la entonces presidenta en aquel discurso.

Infobae