La obesidad es una epidemia mundial y a la vez un desafío para los sistemas de salud de todo el mundo, ya que constituye un importante factor de riesgo para el desarrollo de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. El tratamiento de la obesidad constituye además un desafío para los sistemas de salud, los médicos y las propias personas que deben hacer enormes sacrificios y como contrapartida obtienen, muchas veces, escasos resultados o les resulta muy difícil sostener los logros en el tiempo.

Como un aporte más para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso, que en el país afecta 6 de cada 10 adultos, llegó a la Argentina y ya fue autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica (ANMAT) una nueva droga para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso (cuando esté asociado a comorbilidades). Tiene el nombre genérico ‘liraglutida’ y se inyecta con una lapicera prellenada que tiene una aguja subdérmica.

La droga, que produce sensación de saciedad, demostró en ensayos clínicos beneficios significativos y sostenidos en la reducción de peso corporal, al indicarse junto a una dieta sana reducida en calorías y actividad física regular.

“Esta es una muy buena noticia, después de que se habían sacado medicamentos del mercado y había una necesidad insatisfecha para aquellas personas con obesidad para las que los cambios de hábito (dieta y ejercicio) no les alcanza. Si bien no existe el medicamento mágico, y se debe indicar en un marco y por un especialista, este nuevo medicamento sirve para agregar años a la vida”, afirmó la doctora Mónica Katz, médica especialista en Nutrición, miembro titular de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).

La droga es un análogo de la hormona GLP-1 que el organismo libera en el intestino después de comer. Esta hormona actúa sobre los receptores del cerebro que controlan el apetito y la saciedad, lo que resulta en una menor ingesta de alimentos y la consecuente pérdida de peso.

La eficacia de la liraglutida fue evaluada en el programa de estudios clínicos SCALE que analizó la eficacia del medicamento para diferentes grupos de pacientes y estudió a más de 5.000 personas con obesidad o con sobrepeso -con al menos una comorbilidad asociada al exceso de peso-. En este estudio, la droga acompañada a un plan de alimentación y actividad física regular demostró ser superior al placebo (sólo seguían el plan de alimentación y ejercicio) en términos de pérdida de peso y mejoría de los factores de riesgo cardiometabólicos. Uno de los estudios, publicado por el New England Journal of Medicine, mostró que en pacientes no diabéticos con obesidad o con sobrepeso y al menos una comorbilidad, el 63,2% logró una reducción de más del 5% de su peso; el 33,1% bajó 10% y el 14,4% logró una disminución superior al 15%, logrando mejorar su bienestar y calidad de vida.

“Por primera vez en más de 20 años se presenta una alternativa farmacológica nueva respaldada por numerosas investigaciones científicas”, dijo el doctor Alberto Cormillot, médico diplomado en Enfermedades Crónicas y miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN). “La droga no sólo demostró ser eficaz para la reducción de peso, combinada con actividad física y una dieta saludable, si no también, lo que es todavía más importante, para mantener ese descenso en el tiempo”, añadió el especialista.

El descenso de peso es importante por razones mucho más importantes que una cuestión estética: una reducción de entre el 5 y 10% del peso corporal ha demostrado importantes beneficios para la salud, incluyendo una disminución de los niveles de glucosa en sangre, de la presión arterial, de los valores de colesterol malo (LDL) y de los episodios de apnea del sueño.

Este nuevo medicamento está indicado para personas mayores de 18 años con un Indice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual a 30 -indicador de obesidad- o mayor o igual a 27 -sobrepeso-, en este último caso siempre que presenten comorbilidad con alguna enfermedad relacionada con el exceso de peso, como prediabetes, diabetes tipo 2, presión arterial elevada, niveles anormales de grasas en sangre o problemas de apnea de sueño.

El costo de la liraglutida ronda los 7.000 pesos. Dentro de cada caja vienen tres lapiceras prellenadas que sirven para poco menos de un mes de tratamiento. Si bien por el momento no tiene cobertura de obras sociales y prepagas, al tratarse la obesidad de una enfermedad que fue reconocida como tal por la Asociación Americana de Medicina en 2013, ya están en tratativas con las autoridades para que parte de su costo sea cubierto.

Clarín