La joven Michella Welch despareció cuando jugaba en un parque de la ciudad de Tacoma en 1986. Encontraron su cuerpo horas después.

La Justicia tardó 32 años en llegar, pero el violador y asesino de Michella Welch finalmente cayó gracias a la técnica innovadora de la genealogía genética, anunciaron la semana pasada las autoridades del estado de Washington, en el noroeste de EEUU.

Un hombre de 66 años, Gary Hartman, fue detenido el miércoles pasado y enviado a prisión. El lunes compareció ante la Justicia donde se le notificó que era acusado de violación y asesinato. El hombre era un enfermero sin antecedentes y sus vecinos lo describieron como una “buena persona”, casado y padre de dos hijos, indicó el canal de noticias King5.

“Nunca te esperas a que la cara de alguien que hizo algo tan terrible parezca tan normal”, declaró la madre de la víctima, Barbara Leonard, después de la audiencia.

El caso

El 26 de marzo de 1986, Michella Welch, de 12 años, desapareció mientras jugaba con sus dos hermanitas en un parque de la ciudad. Un perro policía encontró horas después su cuerpo, abandonado en una cuneta. Había sido sexualmente abusada y tenía un corte en la garganta y numerosos golpes en la cara, indicó el diario The News Tribune.

La investigación no avanzó y el caso fue cerrado. Sin embargo, los avances tecnológicos en materia de ADN permitieron relanzarlo en dos etapas.

Primeramente, en 2006, la policía científica logró reconstituir una huella de ADN a partir de elementos recogidos en el lugar del crimen, pero no reveló ninguna correspondencia con las fichas de delincuentes registradas en Estados Unidos.

Doce años más tarde, la técnica de la genealogía genética, que recurre a las bases de datos y archivos genealógicos que incluyen a personas que han buscado conocer su ascendencia, permitió que la investigación llegara a buen puerto.

“La genealogía genética emplea la tecnología del ADN para asociar un perfil desconocido a un miembro de su familia. Se recurre entonces a la genealogía tradicional para construir un árbol genealógico gracias a los sitios Internet disponibles públicamente”, explicó el viernes en una conferencia de prensa Donald Ramsdell, jefe de la policía de Tacoma.

Gracias a esa técnica se pudo aislar los perfiles de dos hermanos, cuya edad y lugar de residencia en 1986 los convirtieron en posibles sospechosos. Ambos fueron puestos bajo vigilancia mientras la policía buscó verificar su perfil genético.

Gary Hartman fue recientemente a comer a un restaurante sin saber que su vecino de mesa era un inspector de policía. Una de las servilletas de papel que utilizó para secarse la boca fue recogida por el agente, que la envió a un laboratorio. Con una maniobra similar, otro agente obtuvo un sorbete utilizado por su hermano.

Fue finalmente el ADN de Gary el que correspondía con la huella retirada del cuerpo de Michella Welch. “En este caso se combinan el trabajo policial tradicional y los progresos tecnológicos”, señaló Ramsdell.

“Llegamos a un punto en el que si alguien es un criminal que dejó su ADN en el lugar de su delito más le vale rendirse, porque lo atraparemos”, advirtió por su lado Mark Lindquist, fiscal del condado de Pierce.

La genealogía genética permitió también detener a fines de abril pasado en California a un hombre sospechado de ser “el asesino del Golden State”, acusado de ser el autor de 12 homicidios y unos 50 violaciones entre los años 1970 y 1980.

Fuente: TN