Hoy, 2 de octubre, se cumple el segundo aniversario del fallecimiento del ex intendente de Trenque Lauquen Juan Carlos Font, aunque aún a sus 64 años seguía siendo “Carlitos”, como desde chico le decían todos quienes lo conocieron, sin exagerar, el pueblo entero.
Font asumió la intendencia en forma interina en 2001, a raíz de una licencia por salud del Dr. Jorge Barracchia, y en 2003 resultó electo por el voto popular hasta 2007. Pero también, luego de iniciar su carrera política con el retorno de la democracia durante el mandato como jefe comunal de Horacio Arrastúa -dada su condición de Ingeniero Agrónomo ocupó un área equivalente a lo que hoy es Espacios Verdes-, fue cuatro veces concejal, fundador del Corredor del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (Codenoba), un espacio integrado por intendentes para discutir propuestas regionales, y presidente del Comité de la UCR local, partido al que abrazó con pasión y defendió con lealtad.
Si a los intendentes se les reconoce injustamente sólo por sus obras, cabe decir que Font completó ese casillero: entre las iniciativas que más se recuerdan están la compra del ex edificio de la Compañía de Seguros La Primera para refuncionalizarlo como Centro Cívico, la construcción del Geriátrico Marcelo T. Castella, el impulso de planes de vivienda con fondos municipales, la solución de las históricas inundaciones de la calle Uruguay con un canal pluvial y la transformación en paseo público de todo el predio de la estación ferroviaria.
Le tocó gobernar en tiempos de pago de salarios con patacones y trueque, y lo hizo con firmeza y responsabilidad. Y sin dejar de lado nunca una mirada inclusiva para la comunidad.
Concluido el 10 de diciembre de 2007 su paso por la función pública, se dedicó de lleno, junto a su esposa, Patricia Urizar, al emprendimiento familiar en su campo de Martín Fierro, donde además, con uno de sus hijos, Jeremías -el otro es Manuel-, puso el Haras Chiapill para criar caballos de carrera, el otro gran gusto de su vida.
Sin embargo nunca se alejó de la vida política y se convirtió en referente y hombre de consulta de las nuevas generaciones de dirigentes, hasta que tempranamente, un cáncer de próstata y después un cáncer óseo, contra los que luchó en silencio con dignidad y entereza, terminaron con su vida.