El economista se juntó este martes con Juan Schiaretti y allí, transmitió su punto de vista de no ir a las Primarias y de competir aliado a los socialistas del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, con y la jefa del GEN, Margarita Stolbizer.
En esa charla, sucedida “en unas oficinas porteñas” -según confiaron este miércoles fuentes del lavagnismo a Clarín-, ambos volvieron a manifestar diferencias sobre el mecanismo para resolver las candidaturas. Schiaretti insistió con el formato de las primarias y Lavagna, una vez más, lo rechazó.
Cerca de las 21, antes de partir hacia Tigre a la cena con Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Pichetto, el cordobés utilizó Twitter como respuesta pública a la negativa de Lavagna.
Volvió a decir que AF tendrá “candidatos propios” en las presidenciales pero, agregó, que “ese candidato debe surgir de la competencia de quienes aspiren a serlo en las próximas elecciones paso”.
En criollo: fue un mensaje para Lavagna, casi un ultimátum o, peor aún, una declaración de que la negociación está en un punto muerto.
Fue, tarde, el turno de Lavagna que en una entrevista con el canal La Nación+ rechazó el planteo del cordobés: “Un espacio que lo que busca es consenso entre fuerzas tan distintas trabaja con el consenso, no trabaja con la mecánica de internas de un pedacito de ese espacio”, apuntó.
La semana pasada, Schiaretti empezó a agitar la realización de una cumbre entre todos los candidatos de la oposición no K: Urtubey, Massa, Pichetto y Lavagna, que recién este lunes confirmó su decisión de ser candidato presidencial.
Schiaretti y Lavagna chocan en dos conceptos.
El cordobés dice que no puede exigir que los demás candidatos se bajen cuando no hay uno que tenga mucha más intención de votos que los demás. Lavagna apunta que no puede arrastrar a su espacio a una interna del peronismo no K.
Esas posiciones, que vienen desde hace cuatro meses, nunca cambiaron. A un mes del cierre de listas, parece que es el último pulseo y ninguno de los dos cede.