Un proyecto presentado este miércoles por la tarde en la Legislatura bonaerense busca que todas las obras sociales de la provincia de Buenos Aires garanticen la “protección integral psicofísica” de las personas con trombosis y/o trombofilias.
Más específicamente, la iniciativa apunta a “garantizar la detección, prevención, control, seguimiento y tratamiento de todas las personas que lo requieran”, ante la sospecha o aparición de estos trastornos.
La propuesta de la diputada marplatense Alejandra Martínez (Frente Amplio Justicialista) establece que tanto IOMA como el resto de las obras sociales y prepagas que tengan actuación en el territorio bonaerense deberán incluir la cobertura médico asistencial de la trombosis y la enfermedad de trombofilia en todas sus formas, ya sea hereditaria o adquirida, permanente o transitoria, o la combinación de ambas.
Para ello y según informa La Capital –estipula el proyecto- se creará el “Programa de formación, investigación y promoción de la trombosis, trombofilia y el aborto recurrente” que funcionará en el ámbito del Ministerio de Salud provincial y que, por lo tanto, deberá recibir cada año una partida presupuestaria asignada por el Ejecutivo bonaerense.
La iniciativa que ahora deberá evaluar la Legislatura fue presentada esta tarde en una jornada que se llevó a cabo en el Anexo de la Cámara Baja en La Plata.
Al término del encuentro, la diputada Martínez destacó “la importancia de legislar sobre la trombofilia y la trombosis por el impacto que tiene en la vida de quienes la padecen”.
“Es fundamental concientizar sobre la necesidad de garantizar un sistema de prevención, de diagnóstico y de tratamiento para las pacientes”, señaló.
De la jornada participaron también la presidenta de la asociación civil Trombofilia y Embarazo Argentina, Ivana Arigós; las integrantes de esa ONG Claudia Mizzau y Valeria Orlandi; y la especialista en psicología perinatal, Laura Muller.
Una de las causas de los abortos recurrentes
La trombofilia es una de las causas –no la única- de los abortos recurrentes, la muerte fetal intrauterina y los partos prematuros.
“En el caso particular de las mujeres embarazadas –consideró Martínez-, tener que pasar por la pérdida del embarazo antes de realizar los estudios es someterlas a un doble dolor, a un estado de incertidumbre terrible y evitable”.