El Dr. Osvaldo Prósperi fue el médico de pueblo de 30 de Agosto durante 40 años. Pero el perfil de médico de pueblo con las características de antaño, el que atendía desde un parto hasta las anginas de los nenes, el que visitaba sus pacientes en las domicilios, era su consejero y hasta se sentaba a la mesa a cenar en alguna casa que visitaba.

Llegó casi por azar a la ciudad porque su intención era radicarse en Trenque Lauquen, proveniente de Córdoba, pero se quedó allí y construyó un lazo inseparable con esa comunidad. Abrió un consultorio y hasta una clínica, pero además viajó dos días por semana a Girodías, la pequeña población rural durante 30 años para atender allí, un servicio que no interrumpió ni en la peor inundación que afectó el distrito en la década del 80.

La Municipalidad lo homenajeó este año por su vocación de servicio. Tiene 72 años y hace unos pocos que se retiró de la profesión por una afección de salud que le dificulta trasladarse. Está jubilado y su pasatiempo es estudiar inglés, una vieja deuda pendiente que está saldando por estos días.

Con el diccionario de inglés-español, y un cuaderno espiralado recibió a OesteBA para hablar de vida, una historia que merece ser contada.

“Estoy muy bien, ahora soy un vecino más de 30 de Agosto. No le escatimé nunca esfuerzos ni sacrificios para hacer una medicina a mi gusto, solucionando las cosas que te llegan, desde un parto hasta una amputación”, dice Prósperi en el inicio.

Los médicos en general “somos personalistas y tomamos medidas en el momento y muchas veces estamos bien conviviendo con la urgencia. Siempre tuve la idea de la medicina rural, y eso implica saber de todo un poco”.

Clínica

Pero Prósperi no sólo fue el médico de pueblo. En una oportunidad dio el salto para ser empresario y creó una Clínica. “Hubo un tiempo que el hospital estuvo cerrado y hacíamos los partos en el domicilio, por eso puse una clínica que arrancó como maternidad y luego fue una clínica completa. Comenzamos con 4 camas y fue creciendo”. Las viscitudes del país y la situación de las obras sociales impidieron que siga funcionando  “fue el placer de trabajar en el mejor nivel y con las mejores cosas”.

Pero Girodías tiene un lugar en su corazón. “Fue mi bastión”, dice. Allí comenzó a atender porque fue nombrado por la Municipalidad por el ex intendente Jaime Ciglia (1973-1976)  “fue un nombramiento que me hizo el Concejo Deliberante y de Jaime Ciglia porque estaba vacante. Iba dos días por semana durante muchos años, luego cesamos en el cargo en 1982 y en 1987 el Dr. Barracchia me puso otra vez en funciones, fueron 30 años”.

En las inundaciones “cruzábamos campos, abríamos tranqueras, para poder llegar. Salíamos a las 4 de la mañana de 30 de Agosto y llegábamos a las 7 a Girodías. Para mí era un cambio de ritmo, estaba tan apretado de gente y horarios que me hacía bien ir”.

En aquellos años, y en esas localidades rurales los médicos “éramos un poco consejeros y médicos, la gente me daba gallinas, lechugas, huevos de todo, había una relación de afecto con la gente muy intensa”.

Los tiempos cambiaron, “los médicos ahora están más apurados, no hacen domicilios y no pueden hablar tanto tiempo con los pacientes. Nosotros atendíamos a toda la familia, desde la ginecología de la madre hasta la atención de los chicos. Íbamos a la casa y hasta nos sentábamos a comer a la mesa. La gente hablaba de todos los temas con el médico, y saber qué le está pasando a la persona permite saber sobre su enfermedad”.

El inglés

Pero ahora le gusta estudiar inglés. “Siempre quise estudiar inglés, mi abuelo era profesor de la cultura británica y escuchaba en la radio la BBC de Londres. Cuando me visitaba fumaba habanos y hablaba en inglés, era descendiente de españoles de apellido Sierra pero le gustaba el inglés. Era el tenedor de libros del FFCC y acompañaba a las familias por el idioma porque los ingleses que llegaron con el tren tenían problemas para comunicarse”.  Su otro abuelo, Prósperi era italiano pero hablaba bien el español, dice.

“Estoy bien en las clases. Voy bien. La profesora es una ex paciente mía  vamos los sábados a la mañana a las 8 de la mañana”. Eso le hace bien “me encanta hacer algo, todos los días leo cosas de medicina porque eso lo voy a hacer hasta el último día, pero me siento bien cognitivamente por eso estudio el inglés”.

El 3 de junio durante los festejos por el 107 aniversario de Girodías el Intendente le hizo entrega del Decreto que declara su reconocimiento de interés público y municipal, y una medalla con el escudo de Trenque Lauquen grabada con su nombre. La subdelegada de Girodías le entregó una pintura de la salita del pueblo en reconocimiento por su comprometida labor con nuestra comunidad y la familia Quiroz, un pergamino en reconocimiento por su trayectoria, y su calidad humana.

La palabra de sus colegas

Dos colegas del Dr. Prósperi, que lo conocieron en el ejercicio de su profesión, le dedicaron unas palabras al médico:

Raúl Orellana: “Trabajé con el doctor Prósperi muchos años. Ibamos con el Dr. Cervera a operar a 30 de Agosto, fue un gran profesional siempre activo siempre dispuesto a atender a los pacientes y siempre atendía los llamados sea el día. Nosotros operábamos los sábados, nos veníamos a las 6 de la tarde y tenía el consultorio lleno de gente para seguir atendiendo. No sólo fue un gran profesional, un hombre muy dedicado a su profesión sino también una gran persona muy querida por todo el mundo. Del tengo el mejor de los recuerdos”.

Marcelo Bassino: “Al Dr. Prósperi lo conozco desde hace 24 años que voy atender a 30 Agosto. Como rasgo distintivo, su característica del ejercicio de la profesión es un médico que trabajó a full durante prácticamente toda su vida y a destajo para la comunidad de 30 de Agosto sin sábados ni  domingos; de madrugada y a toda horas; cosas que obviamente creo que no se van a ver más así que espero que ahora disfrute de su merecida jubilación”.