La herida no sanó. Cuarenta y cinco días son muy poco para tan profundo dolor. Por afuera parecerá curado. Porque después de unas primeras horas recluido en la intimidad absoluta en la que el gesto serio solamente era capaz de romperse ante la ternura de sus hijos, Lionel Messi levantó la cabeza y descargó parte de sus broncas en unas vacaciones con la familia completa en Ibiza. Circularon fotos y videos suyos al fin sonriendo. Y esa sonrisa de barba rojiza se vio de nuevo mientras jugaba con su increíble perro Hulk en el jardín de su casa en Castelldefels un día antes de volver a la actividad en Barcelona.
Y ahí el semblante le cambió . Otra vez junto a su amigo Luis Suárez y con la nueva presencia de Arturo Vidal, Leo se mostró con las ganas renovadas de afrontar la temporada que viene. Ya levantó su trofeo número 32, la Supercopa de España, al vencer a Sevilla por 2 a 1 el domingo en Marruecos. Sin embargo, por adentro, el estómago se le revuelve cuando se le cruza algún pensamiento de lo vivido en Rusia. Su flojo Mundial, un equipo que jamás fue tal, el penal errado con Islandia, el planteo hacia Jorge Sampaoli tras el 0-3 a Croacia, la agónica clasificación ante Nigeria con su golazo incluido, la eliminación a manos de Francia. La decepción. El silencio. Y la incertidumbre.
Lionel Scaloni asumió un compromiso tan complicado como satisfactorio. Ser el técnico de la Selección, aunque sea interino, en este momento en el que se impone una renovación por ciclos cumplidos naturalmente (Javier Mascherano y Lucas Biglia dijeron adiós, por caso) no es una misión sencilla. Y al mismo tiempo es una oportunidad única. Mientras afina el lápiz y le da los retoques finales a la lista que dará a conocer tras el próximo fin de semana para los amistosos del 7 de septiembre ante Guatemala en Los Angeles y del 11 ante Colombia en New Jersey, Scaloni hizo el llamado de rigor al capitán.
Se conocen porque compartieron como jugadores el Mundial de Alemania 2006 y Scaloni fue uno de los colaboradores de Sampaoli en Rusia, de hecho era el que tenía mayor llegada a los futbolistas de todo el cuerpo técnico. Esa charla terminó de confirmar lo que todos en la Asociación del Fútbol Argentino presumían, que Messi no volverá a jugar con la camiseta de su país en 2018.
No está listo todavía. La procesión le camina por dentro y no terminó. El duelo personal por haber dejado pasar otro Mundial sigue instalado en el corazón del rosarino. Así lo deslizaron fuentes de la AFA, porque desde el entorno más cercano del mejor del mundo nada desprendieron sobre este tema. El silencio alrededor del 10 es absoluto. ¿Dirá algo hoy antes o después del partido con Boca por la Joan Gamper? Resulta difícil.
¿Habrá Messi en celeste y blanco más allá de diciembre? No hay confirmación ni indicio alguno de lo que pasará. En la AFA tampoco miran más allá por el momento y aún no piensan en la Copa América de Brasil. “Si él quiere volver tendrá las puertas abiertas”, avisan desde Viamonte 1366. Allí todos coinciden en que ahora es propicio dejarlo respirar para que se oxigene y recargue energías. Y esperan que vuelva cuando exista un proyecto en marcha.
Es que eso también es necesario para que pueda darse el retorno de Lionel: que vea un orden dirigencial, estructural y futbolístico, que hoy no impera. Claudio Tapia mantiene buena relación con Messi hace años y fue el único dirigente que cruzó algunos mensajes con él en el día del amigo, pero no tuvo una charla profunda. Chiqui confía en que tarde o temprano, La Pulga estará de nuevo.
Mientras, Scaloni prepara su debut sin Messi. Tendrá charlas con históricos como Angel Di María, Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero aunque eso no quiere decir que sean citados. Les reafirmará la confianza a mundialistas como Nicolás Tagliafico, Franco Armani, Cristian Pavón, Maximiliano Meza, Giovani Lo Celso, Gabriel Mercado y Paulo Dybala. Sumará a Mauro Icardi y Lautaro Martínez. Les dará la oportunidad a Matías Vargas (Vélez) a Gonzalo Martínez (River) y tal vez a Tomás Chancalay (Colón). Y hará lugar para llevar a dos Sub 20 campeones en L’Alcudia.
Después de estos dos compromisos, esperan cuatro más hasta fin de año. Uno iba a ser Brasil en Arabia, pero eso podría quedar descartado en estas horas.
Clarín