Mariano Martínez habló del terrible hecho que vivió cuando tenía solo 8 años y por el que estuvo al borde de la muerte, cuando fue atropellado por un colectivo de la línea 93
“No tengas duda que la cicatriz (que recorre toda su pierna izquierda) marcó mi vida para siempre. La imagen que siempre se repite en mi cabeza es la de las dos ruedas del colectivo viniendo marcha atrás. Yo estaba en el piso, gritando de dolor, porque ya me había pasado por encima. Tenía el pantalón azul de gimnasia cubierto de sangre y el dolor era insoportable. Pero lo que se venía era peor. El colectivero retrocedía y los 15 mil kilos amenazaban con reventarme todo. La muerte estaba ahí, a centímetros, a pocos segundos…”, contó el actor.
“En ese momento alguien le avisó que yo estaba tirado atrás y se detuvo. Las ruedas casi que me rozaban el pantalón. Podía sentir ese olor nauseabundo penetrando en mi nariz, una mezcla entre caucho caliente y agua de zanja”, agregó.
Además, en el hospital Fiorito de Avellaneda, un médico le enyesó toda la pierna izquierda y de no haber sido porque al mes su mamá sintió un olor fétido que salía de su hijo, Mariano hubiese muerto.
“Mi vieja se peleó con los médicos y me sacó del Fiorito. Me llevó hasta el Garrahan… Cuando me sacaron el yeso, los médicos se largaron a llorar. Tenía toda la pierna negra, una gangrena, y no podían entender cómo un profesional había cometido semejante locura. Rotemberg, un doctor cubano, me enterró una aguja hasta el hueso y yo no sentí nada… Me llevaron de urgencia al quirófano y me operaron. Me salvaron la vida, pero el diagnóstico no era alentador. ‘Es muy probable que a su hijo le quede una pierna más corta’, le dijeron a mi mamá luego de las tres operaciones. Se me vino el mundo abajo. Yo, que creía que era Flash, el pibe de ocho años más rápido de Avellaneda, iba a quedar rengo. Por suerte no pasó nada”, cerró el galán.
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