Según fuentes políticas, los referentes del plantel, encabezados por Messi, no se hablan con el director técnico desde la concentración previa al Mundial en Barcelona.
La relación entre los jugadores de la Selección y el director técnico del equipo, Jorge Sampaoli, está rota. Subordinados y el supuesto líder apenas se hablan lo suficiente como para hacer aparentar en público que el vínculo entre ellos es normal. La realidad es otra: es pésimo.
La goleada de Croacia terminó por descomponer un vínculo que ya ni existía de modo profesional como tal desde que la selección concentraba en Barcelona, apenas días antes de partir hacia Rusia. Después del partido de pesadilla contra los croatas, los jugadores con más influencia entre sus compañeros habrían analizado la posibilidad de pedir que Sampaoli directamente no los dirigiera en el partido final que podría hacer clasificar a la Selección a octavos de final.
Así se lo ratificaron a Clarín fuentes de la política involucradas en el mundo del fútbol que tienen llegada al entorno de Sampaoli, y fuentes incluso de la Casa Rosada que conocen de primera mano la sensación que invade hoy a los jugadores. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) desmintió estas versiones, que fueron reconfirmadas a este diario por varias personas que aseguran estar al tanto de lo que públicamente da la sensación de ser evidente.
Las fuentes consultadas por Clarín, que tienen lazos con el equipo, describieron el panorama como “desolador” y aseguran que ya no hay diálogo entre Sampaoli y algunos referentes del plantel.
Quienes más enojados están con él son el propio Lionel Messi, Sergio Agüero, Javier Mascherano y Lucas Biglia.
Habrían sido ellos los que le plantearon al presidente de la AFA, Daniel “Chiqui” Tapia, que preferirían que el director técnico ni siquiera los dirigiera en el próximo partido, con Nigeria.
La tensión se habría calmado más por cuestiones económicas que de otra índole: despedir a Sampaoli tendría un costo para la AFA de 16 millones de dólares.
Las fuentes de Clarín agregaron que “el equipo está descontrolado” y que es de manejo complejo debido a su enojo con Sampaoli, pero también por ser un “grupo que se autogestiona”.
Sampaoli sabría que los jugadores le quieren imponer a él qué cambios hacer en el esquema de juego, o quiénes de ellos deberían ser titulares ante Nigeria o quiénes suplentes.
El problema sería aún mayor porque el propio Sampaoli estaría distanciado de su ayudante de campo, Sebastián Beccacece: ambos discutieron en un entrenamiento frente a los jugadores, que escucharon en silencio la diferencia de criterios entre quienes deberían liderarlos sin fisuras.
Una de las fuentes dijo a Clarín que la relación entre los jugadores de la Argentina y Sampaoli es insostenible ya desde la concentración en Barcelona, previa al Mundial. Allí todo habría estallado tras un par de entrenamientos de doble turno que los jugadores se negaron a hacer -alegando sobrecarga física- y practicando por fuera del cronograma ideado por el técnico y su ayudante.
Fue en esos primeros días de junio cuando los jugadores decidieron de forma unilateral cancelar el partido que tenían previsto jugar contra la selección de Israel en Jerusalén. La relación ya estaba caldeada por la cuestión de los entrenamientos y ese desplante a Sampaoli agravó el tema: los jugadores le dijeron que no irían a Israel directamente al titular de la AFA, Chiqui Tapia, “puenteando” al técnico.
Sampaoli se enteró por los medios de esa decisión que generó polémica internacional.
En un diálogo de confianza con un conocido del mundo del fútbol y la política, Sergio “Kun” Agüero se habría sincerado en ese momento sobre lo que sentía él y sus compañeros sobre Sampaoli: “No queremos que nos dirija él. Piensa cualquier cosa”, le atribuyen haber dicho.
El jueves, ante la TV y luego de la derrota con Croacia, Agüero contestó enojado a la pregunta de un periodista: “Que Sampaoli diga lo que quiera”. Y hoy mismo los jugadores habrían decidido cambiar por su cuenta el turno del entrenamiento dispuesto por el técnico para estar libres a la hora del partido de Nigeria e Islandia. Lo vieron en sus habitaciones, todos separados de Sampaoli.
Fuente: Clarín