El Servicio Meteorológico Nacional define la ola de calor como un período excesivamente cálido en el cual las temperaturas máximas y mínimas superan, por lo menos durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, ciertos valores que dependen de cada localidad. A través del Sistema de Alertas Tempranas por Olas de Calor y Salud se procura anticipar a la población, con la mayor antelación posible, situaciones meteorológicas extremas y sus posibles efectos en la salud.

30 de Agosto y gran parte de la región se encuentran actualmente en el nivel de una ola de calor leve moderada donde puede ser peligroso, especialmente para los grupos de riesgo, bebés y niños pequeños, personas mayores de 65 años o aquellos con enfermedades crónicas -cardíacas, renales, respiratorias, hipertensión arterial, obesidad y/o diabetes-. Se alcanza cuando se superan los umbrales en las temperaturas máximas y mínimas en una ciudad.

Efectos sobre la salud

La ola de calor se puede pronosticar unos días antes de que se desate y el nivel de alerta marcará la intensidad de las medidas de prevención necesarias. Las consecuencias para la salud pueden ser de mayor o menor gravedad, dependiendo de la duración e intensidad de la ola de calor, del estado de salud general de cada persona y de las medidas preventivas que se tomen. En este sentido pueden presentarse alguno o varios de los siguientes síntomas o condiciones: golpe de calor, deshidratación corporal, decaimiento o debilitamiento, fatiga, dolor de cabeza, escasez de apetito, insomnio, pulso acelerado, calambres, dolores musculares, agotamiento, transpiración abundante, mareos síncopes, baja presión, otros.

Recomendaciones

  • Aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada.
  • No exponerse al sol en exceso, ni en horas centrales del día, entre las 11.00 y las 17.00 horas.
  • Evitar las bebidas alcohólicas o muy azucaradas.
  • Evitar comidas muy abundantes.
  • Ingerir verduras y frutas.
  • Reducir la actividad física.
  • Usar ropa ligera, holgada y de colores claros, sombrero, anteojos oscuros.
  • Permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
  • Recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor y sólo los métodos clásicos, citados arriba, pueden prevenirlo y contrarrestarlo.
  • Ante dolor de cabeza, vértigos, náuseas, confusión, convulsiones y pérdida de conciencia, piel enrojecida, caliente y seca, respiración y pulso débil, y elevada temperatura corporal (entre 41º C y 42º C), se deberá actuar de la siguiente manera: trasladar al afectado a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo; hacer que mantenga la cabeza un poco alta. Intentar refrescarlo, mojándole la ropa, aplicarle hielo en la cabeza, darle de beber agua fresca o un poco salada, y solicitar ayuda médica.

Con los más chicos

  • No esperes a que pidan agua. Ofreceles continuamente líquidos, preferentemente agua o jugos naturales. En el caso de lactantes es recomendable darles el pecho de manera más frecuente.
  • Procurá que vistan con ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros.
  • Bañalos y mojales el cuerpo con frecuencia.
  • Evitá que se expongan al sol, especialmente de 10 a 16 horas. Luego de este horario colocales gorro y protector solar.
  • Mantenelos en lugares bien ventilados o con aire acondicionado (ya sea en tu casa o en lugares públicos).
  • Prestá atención a signos de alerta como: sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros.
  • En los bebés, es importante asegurarse de que la piel no se encuentre muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.

Alimentos

  • Mantené en la heladera aquellos alimentos frescos y que puedan echarse a perder debido al calor. Del mismo modo, verificá la temperatura y control del buen funcionamiento de la heladera.
  • Arrojá a la basura cualquier alimento fresco que pueda haber perdido la cadena de frío y que tenga olor, color o textura anormales.
  • Mantené los alimentos que pueden estar fuera de la heladera, en lugares limpios y frescos y al resguardo de aberturas, superficies y/o fuentes de calor.
  • Arrojá los alimentos perecederos (incluidos la carne, el pollo, el pescado, los huevos y las sobras) que hayan estado por 2 horas o más fuera del frío. Además, desechá todos los comestibles enlatados cuyos envases estén abiertos, dañados o inflados.

Agua

Consumí siempre agua segura y mantenela correctamente envasada (en botellas o bidones limpios y cerrados) en la heladera, en lugares limpios y frescos, y alejada de fuentes de calor.