Una de las vacunas contra el Covid-19 que se encuentra en investigación desde hace un tiempo, es la de la compañía farmacéutica estadounidense Pfizer que está desarrollando junto a la alemana BioNTech. El pasado 10 de julio se anunció que por su experiencia científica, la epidemiología de la enfermedad y la experiencia previa, la Argentina había sido seleccionada como el único país de la región para llevar adelante pruebas en personas. Una de ellas, es el treintense Alejo Tevez, que en el día de ayer tuvo su primer dosis como voluntario.
Alejo, de 26 años de edad, se encuentra estudiando Licenciatura en Química y Tecnología Ambiental en la ciudad de La Plata y este lunes se dio la primera dosis de la vacuna que estan desarrollando las multinacionales contra el SARS-CoV-2. Su historia como voluntario comenzó en agosto cuando recibió el llamado que había quedado seleccionado como tal.
Previo a ello cuando se anunció que en el país se iban a llevar adelante pruebas se inscribió. “Un conocido mío se anoto y me aviso. Dude un poco y a los dos o tres días mande yo tambien la inscripción”, contó Alejo en diálogo con Infotreinta, y agregó: “No sabía si me iban a llamar y a las dos tres semanas me llamaron y quede”.
“Desde ahí me empezaron a llamar para darme turno y fueron unos altibajos bastantes porque me dieron muchos turnos que se cancelaron por diferentes motivos hasta que ayer se cumplio” mencionó el estudiante universitario. El 17 de agosto fue el día que lo llamaron para confirmarle que estaba seleccionado como voluntario, en la cual no recibe ninguna compensación económica y se puede “bajar” cuando quiera.
“A los primeros que les conté fue a unos compañeros de la facultad, algunos me decían que estaba loco, otros que está bien, pero ayer me desearon suerte” indicó y destacó que “en ningún momento me dio miedo, por eso me anote, me anote por aporte a la ciencia como le dije al doctor”.
El aviso que debía presentarse en el día de ayer fue un día antes, el domingo, y fue así como se dirigió al Hospital Militar Central Cirujano Mayor Dr. Cosme Argerich. “Estuve acompañado en todo momento desde que llegue por las personas que te atendían, tanto los enfermeros como médicos y militares. Te preguntaban a cada momento como estaba, si tenía alguna duda. Tuvimos que pasar muchas horas y por muchas partes del hospital y siempre acompañado por alguien, nunca solo”, explicó.
La Fase 1 ya se completó y ahora se encuentra el desarrollo de las Fases 2-3, que se estan haciendo en paralelo. El treintense que cumplió con todos los requisitos solicitados, detalló cómo fueron esas horas que estuvo en el hospital: “Cuando llegué me dieron una bolsa con alcohol en gel, comida, un termómetro, un barbijo que me hicieron cambiar por el que había llevado y siempre respetando la distancia”.
Al consultarle sobre qué se sintió en el momento de aplicarle la primera dosis respondió: “Me dolió más el hisopado y que me saquen sangre que la vacuna”, y agregó “estaba tranquilo, con hambre, de hecho estaba comiendo cuando me pusieron la vacuna”.
En cuanto a la vacuna, en la que fue voluntario, está basada en la tecnología del ARN (ácido ribonucleico) mensajero, que lleva instrucciones de ADN (ácido desoxirribonucleico) para que las células del cuerpo humano generan ciertas proteínas protectoras. Las fases 1 y 2 de este desarrollo comenzaron en Alemania a fines de abril y en Estados Unidos a principios de mayo.
Los resultados preliminares de fases anteriores de esta vacuna basada en ARN mensajero mostraron seguridad porque es bien tolerada y no presenta efectos adversos significativos, e inmunogenicidad, es decir que despierta respuesta de anticuerpos. Ahora, además de seguir evaluando esas características, se busca probar su efectividad. Por eso se necesita hacerlo en grandes poblaciones en las que el virus esté circulando.
Ahora Alejo debe volver en 21 días para una segunda dosis, luego ir otras cuatro veces más para extracción de sangre y hacer un tratamiento virtual donde todas la semanas debe comunicar por 26 meses como se encuentra. Lo unico que no puede hacer es irse por dos meses a otro lugar y no cumplir con las visitas programadas, pero en lo demás no implica que deba cambiar algún comportamiento de su vida cotidiana.
Asimismo manifestó: “Tampoco sé si tengo puesta la vacuna porque es un doble ciego el método que estan usando, le dan al 50% de los voluntarios la vacuna y al otro 50% un placebo que es una solución fisiológica, y es para ver cómo reacciona el cuerpo y poder comparar a los que le dieron la vacuna contra los que no. No sabe ni el médico, ni la mujer que me puso la vacuna, ni yo”.
El treintense, amante de la ciencia que aporta desde su lugar como estudiante y voluntario, luego de recibirse del colegio secundario en el 2012 emigró a la ciudad de Bahía Blanca a estudiar Biología. Al año siguiente cambió de rumbo y carrera, y se fue a la ciudad de las diagonales a estudiar Licenciatura en Química y Tecnología Ambiental. Hoy está cursando su cuarto año de estudio y espera para el año próximo poder recibirse.