El consumo de carne vacuna alcanzó los 49,7 kilos por habitante en 2020, la cifra más baja en 100 años, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivadores de la República Argentina (CICCRA). Sin embargo, los precios en los mostradores no siguieron la misma tendencia, en el Área Metropolitana de Buenos Aires subieron 20% entre noviembre y diciembre y acumularon un alza del 74,8% en el año, muy por encima de la inflación.
Los datos del informe son provisorios, por lo tanto el estimado de 2020, considerando el promedio móvil de los últimos doce meses, se ubicó un 2,3% por debajo del registro de 2019, es decir que el consumo de carne vacuna por habitante cayó en 1,2 kilos comparado con los 50,9 kilos de ese año.
La baja en el consumo es más pronunciada respecto de 2017, único año de la gestión de Mauricio Macri en que había crecido anualmente. En ese caso la caída fue del 13,5%, es decir, 7,8 kilos menos por habitante por año. Pero la contracción alcanzó el 27,3% si se compara con el máximo relativo de 2007-2009, según CICCRA, período “favorecido por la mayor liquidación de existencias en décadas”.
Con estos datos, el consumo de carne vacuna por habitante en 2020 “se constituyó en el guarismo más bajo de los últimos cien años (teniendo en cuenta las cifras provisorias de faena y exportaciones correspondientes al segundo semestre de 2020)”, remarcó la entidad empresaria.
Precios
Además, el 2020 se caracterizó por ser un año de fuertes contracciones de consumo en general, en un marco de restricciones para intentar contener los contagios de coronavirus. Una vez que esas prohibiciones de circulación comenzaron a levantarse, de la mano de una mayor flexibilización de actividades productivas, comenzó a repuntar la demanda interna de productos.
Según CICCRA, en diciembre “el exceso de oferta de pesos en la economía argentina también fue lo que permitió que el precio promedio de la hacienda en pie subiera 19,9% respecto del mes anterior y acumulara una suba de 150% en casi un año y medio”. De esta forma, la caída de 8,3% observada durante el período de aislamiento social más estricto, “quedó totalmente superada”, indicó.
Para el sector, estas condiciones fueron las que terminaron incidiendo sobre el valor del animal en pie, que acumuló una suba de 66,5% con relación con marzo y del 72,3% con respecto al cierre de 2019. Así, el precio promedio de la hacienda negociada en el Mercado de Liniers aumentó a un ritmo del 5,5% equivalente mensual, acumulando un alza de 149,6% entre julio de 2019 y diciembre de 2020.
Acompañando la evolución del valor de la hacienda, entre noviembre y diciembre de 2020 el precio promedio de los principales cortes de carne vacuna en los mostradores de carnicerías y supermercados del AMBA registró una suba de casi 20%. Pero si se compara con diciembre de 2019 experimentó una suba similar a la de la hacienda, del orden de 74,8%.
“Todo esto, además, coincidió con la evolución del conjunto de los precios estacionales que forman parte del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el INDEC, y que hasta noviembre ya crecían a un ritmo interanual de 63,3%, cuando el nivel general del IPC lo hacía a una velocidad de 34,2% (producto del ‘freno’ que le imponen los precios regulados por el Estado, que subieron sólo 15,9% en doce meses)”, explicó CICCRA.
En un intento por contener los precios de la carne, el Gobierno acordó con el frigorífico ABC tres cortes para el asado de Navidad y Fin de Año a precios populares. Además, negocia un acuerdo para vender entre diez y 12 cortes también a bajo costo durante 2021.