El traumatismo de cara que sufrió Katie ocurrió el 25 de marzo de 2014 en Miami, cuando tenía 18 años y se disparó con un rifle. Tres años después, el 4 de mayo de 201, se convirtió en la persona más joven en su país en recibir un trasplante total de cara.

La historia de la transformación de la Katie Stubblefield implicó una espera de más de un año hasta que apareció una donante compatible, una mujer de 31 años, Adrea Schneider, que había fallecido recientemente. Su abuela, Sandra Bennington, tomó la decisión de donar la cara. Además, la mujer estaba registrada como donante de órganos y su corazón, pulmones e hígado también salvaron vidas a lo largo de Estados Unidos.

La operación, que duró 31 horas, se hizo en la prestigiosa Cleveland Clinic y todo el proceso fue seguido de cerca por la escritora Joanna Connors, junto a los fotógrafos Maggie Steber y Lynn Johnson de National Geographic. Los encuentros fueron durante dos años donde trabajaron cientos de horas con la joven, sus padres y sus médicos. Así, documentaron la historia y las numerosas cirugías que atravesó y sigue atravesando Katie.

La cirugía de trasplante de cara fue financiada por el Departamento de Defensa de los EE. UU. a través del Instituto de Medicina Regenerativa de las Fuerzas Armadas, en un esfuerzo por mejorar el tratamiento para los miembros de las fuerzas heridos en batalla que regresan con lesiones similares.

La Nación