El Gobierno tiene en estudio medidas para moderar el impacto de la inflación en los créditos hipotecarios UVA, cuyo capital ajusta en función al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Según fuentes de Jefatura de Gabinete, en el Ejecutivo existe la decisión de acelerar alternativas que están en estudio desde el año pasado: la implementación de un fondo compensador y/o un seguro que se active ante un desfasaje importante entre precios y salarios.
El crédito hipotecario y el resto de los préstamos en UVA tienen una cláusula por la cual si existe una diferencia de 10 por ciento entre la cuota actualizada por el Coeficiente de Variación Salarial y la cuota efectivamente pagada, que ajusta por UVA, el banco debe ofrecer al tomador una extensión de plazo. El deudor, así tendrá más tiempo para devolver el crédito, por lo que la cuota se aplanará.
La activación de esta cláusula “gatillo” era impensada para el Gobierno hasta hace meses. Pero quien tomó un préstamo a comienzos de año ya está cerca de sufrir esa diferencia de diez puntos entre ingresos y precios.
Por eso, el Gobierno estudia dos alternativas. La primera sería implementar un fondo compensador, como ocurre en otros países que desarrollaron estos créditos de capital indexado: Chile, Colombia y México. Este fondo pagaría a los bancos la diferencia entre la evolución de la inflación y los salarios.
Así, se acotaría la suba de la cuota del tomador del crédito, ante una disparada puntual de la inflación, del 5 o 10 por ciento sobre los salarios. También podría moverse en un escenario de bandas, con topes: la cuota subiría un poco más en términos reales cuando los salarios le ganen a la inflación y así el deudor cubriría, con esos pagos extra, los desfasajes cuando la inflación supere al índice salarial del Indec.
La gran pregunta es quién o quiénes aportarán para el fondo compensador. Un proyecto del Frente Renovador del año pasado proponía que el Banco Central sea el que financie a este instrumento con un porcentaje de sus utilidades, algo que el Gobierno considera inviable. Otra alternativa sería que exista cierto financiamiento público y aportes de privados y particulares tomadores de créditos.
Otra opción es activar un seguro. El tomador del préstamo podría contratar un seguro, por el que pagaría un plus mensual, para estar cubierto ante desfasajes entre la cuota ajustada por inflación y el ingreso.
Desde que se implementaron los hipotecarios UVA, el sistema financiero otorgó “más de 130.000 créditos”, según datos oficiales que el Ejecutivo plasmó en el proyecto de ley de Presupuesto 2019. Hasta agosto, se habían entregado préstamos hipotecarios UVA por $132.080 millones.
Los créditos UVA comenzaron a desacelerar con la fuerte disparada del dólar, que encareció el precio de las viviendas. Según datos de Credirati en base a información oficial, la colocación de estos hipotecarios cayó más de 51% interanual en agosto, medida en dólares, y 37% medidas en pesos constantes (descontada la inflación).
Además, el Ejecutivo se propone que todo el sistema de financiación, construcción y comercialización de inmuebles se maneje en UVA, hace casi cuatro meses.
“En 2019 seguiremos impulsando instrumentos, regulaciones y herramientas para ampliar el acceso al crédito. El primer paso fue la UVA para los créditos pero, dada la aceptación de la sociedad, es necesario avanzar en la profundización de la UVA, para que abarque todo el proceso de construcción, comercialización y financiación de la vivienda”, se lee en el proyecto de Presupuesto enviado al Congreso.
TN