Conmoción, incertidumbre, bronca e impotencia. Estas son algunas de las sensaciones por las que atraviesa la familia de un pequeño de tan solo 10 años que denunció haber sido abusado por un compañero en la Escuela Primaria Nº 22 de la localidad de Plátanos en el partido bonaerense de Berazategui. La denuncia fue hecha por el papá de la víctima en la Comisaría 4ta.
El relato del menor es escalofriante y pone en duda el trabajo que debe ejercer la institución educativa en estos casos. Según consta en la denuncia, el chico de 10 años señaló que cuando iba por el pasillo del colegio, un alumno de unos 11 años, lo agarró por detrás y le metió un dedo en el ano, pese a que algunos medios detallaron que había sido en el baño.
Tras radicarse la denuncia, intervino en la causa caratulada como “Abuso sexual con acceso carnal” la Fiscalía N°1 de Berazategui del Departamento Judicial de Quilmes. Todo ocurrió el viernes 7 de septiembre, la denuncia tiene fecha 8 de septiembre y la directora de la Escuela Primaria Nº 22 recibió a los familiares de la víctima el lunes 10.
Con la denuncia en mano, los familiares les detallaron a las autoridades de la institución que un chico de quinto grado, del turno tarde, abusó del pequeño de 10 años, de tercer grado. Beatriz Villar, hermana de la víctima, fue quien reveló en diálogo con el diario El Quilmeño que su hermano les contó que otro compañero lo agarró de atrás y le “metió el dedo en el ano”.
A partir de ahí, desde la institución educativa convocaron a una reunión para el miércoles con el objetivo de tratar el hecho y dar a conocer esta noticia a los padres de los otros chicos. Sin embargo, desde la Escuela prefieren hablar de “presunto abuso” y no darlo por hecho.
Al mismo tiempo, a raíz de la denuncia el menor de 10 años fue derivado al Cuerpo Médico de Bernal, quienes confirmaron las lesiones en el cuerpo del nene. Razón por la cual la Fiscalía N°1 de Berazategui caratuló la causa como “abuso sexual con acceso carnal”.
Por otra parte, la víctima tendrá que ir a La Plata para someterse a otros estudios que le permitirán a la Justicia saber más detalles como, por ejemplo si esto ya venía ocurriendo anteriormente. Según Villar, su hermano “dejó de ir a clases” por temor.
“Mi hermano está muy triste por todo esto, tratamos de no molestarlo tanto porque el caso es muy grave y debemos tener mucho cuidado. Él dejó de ir a clases, mientras que el chico agresor sigue asistiendo como si no hubiese pasado nada”, reveló.
En este contexto, furiosa, la hermana de la víctima sostuvo que desde el establecimiento escolar quisieron “negar lo sucedido” y esquivar el tema.“Espero que alguien haga algo. Mi hermano está realmente mal y necesita contención”, sentenció.
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