La Secretaria de Gobierno de Salud, a traves de la Resolución 933 publicada hoy en el Boletín Oficial, confirmó que a partir del 1 de febrero las empresas de medicina privada —prepagas— podrán aumentar un 5 % las cuotas de sus afiliados.

La decisión se tomó después de que la Superintendencia de Servicios de Salud “evaluó la caracterización del sector de las Empresas de Medicina Prepagas y revisó el incremento de costos del sector”.

Este aumento cierra el ciclo de ajustes de las cuotas de 2018 que, para este sector, se aplica de marzo a febrero del año siguiente. Y que acumulará —con cinco subas en el período— un incremento interanual del 42,2 %. Los aumentos fueron 7,5 % desde junio, otro 7,5 % a partir de agosto, 8 % desde octubre, 8,5 % en diciembre y 5 % desde febrero próximo.

Así, los salarios y los ingresos de los trabajadores independientes aumentaron menos que las cuotas de las prepagas —entre 10 y 15 puntos menos—. En consecuencia, por esta mayor incidencia de la cuota en los ingresos reales de la gente, muchos afiliados se pasan a planes más económicos o básicos y son menos los que adhieren a la medicina prepaga.

En promedio, el costo de los planes de las prepagas es de entre $ 4.500 y $ 5.000 mensuales para una persona de edad mediana, y es mucho más alto para los adultos mayores. Un matrimonio joven con dos hijos menores, por un plan sin reintegros paga alrededor de $ 10.000 por mes. Y los planes familiares mayores superan ese importe. A la vez, los afiliados voluntarios tienen un recargo de 10,5 % en concepto de IVA.

El sector cuenta con seis millones de beneficiarios, de los cuales sólo 1.200.000 son voluntarios. Del resto, el grueso deriva sus aportes de la Seguridad Social a la prepaga a través de las obras sociales y deben pagar, en caso de corresponder, la diferencia con relación al monto del plan privado. Como el salario sigue cayendo en términos reales, se acrecientan los montos de esa diferencia. Otro sector menor corresponde a planes corporativos de empresas.

Clarín