El Centro de Tratamiento de Residuos y particularmente el nuevo horno pirolítico, con las instalaciones necesarias y por primera vez debidamente autorizado, ya entró en funcionamiento para uso del estado municipal, lo que permitirá mejorar el servicio y ahorrar un enorme gasto mensual en este momento de emergencia por la pandemia de coronavirus. La inversión realizada hasta ahora por el Municipio fue de unos 25 millones de pesos.
“Finalmente, después de mucho esfuerzo, inversión y burocracia, logramos el objetivo en un momento importante para la ciudad, como es el de la emergencia del COVID-19, que nos permite dar un salto importante en cuanto a servicio y, además, generar un ahorro”, señaló el intendente, Miguel Fernández, quien estuvo presente en la planta para la puesta en marcha del horno.
Es preciso aclarar que desde hace un año la comuna contrata un servicio privado para la recolección de residuos patogénicos que representa una erogación mensual de 700 mil pesos. “Es un gran logro de la comunidad. Todos conocen que esto surge de una necesidad imperiosa en el año 2016, cuando nuestros hornos pirolíticos estaban al final de su vida útil. Fue la primera gran inversión que hicimos como gobierno”, dijo el Jefe Comunal, quien había asumido como intendente el 10 de diciembre de 2015.
En torno a la habilitación, Fernández explicó que “encontramos cuestiones normativas, debimos extender la red de gas, hacer la planta de rebaje industrial y todas las instalaciones como las celdas de guardado o refrigerado; eso llevó mucho tiempo”.
El Intendente destacó el trabajo del empleado municipal que desde hace muchísimos años se desempeña como operador de la planta, “Tito” (Pedro González), y también a quienes como funcionarios desde 2016 hasta hoy pusieron su esfuerzo y realizaron gestiones para que el nuevo horno esté en funcionamiento: Gustavo Marchabalo, Adhemar Enrietti, Ana Paula Motrel y Andrea Sheffer.
“Hoy es un día de felicidad en el medio de esta crisis, porque nos permite poner a funcionar este proyecto y generar un ahorro en este momento que es tan importante”, dijo Fernández. Entre los costos que mencionó el Intendente, enumeró: el horno costó 225 mil dólares en 2016, la construcción del galpón 1.500.000 pesos y la planta de gas un total de 1.800.000 pesos. Además, se hizo un estudio de impacto ambiental.
Fernández añadió que “a estos costos, se le agregó la compra de un móvil adecuado que se mandó a equipar a Buenos Aires. Todo salió alrededor de 25 millones de pesos, que es un lujo y que en el futuro tendrá que seguir creciendo”.
Asimismo, anticipó que “por ahora al horno solamente lo utilizará el estado municipal. En una segunda etapa se ofrecerá el servicio a privados. Trenque Lauquen siempre trabajó con pirólisis, hay otros modelos como la autoclave que necesita relleno sanitario, que nosotros no tenemos. Si en el futuro tenemos relleno, podremos tener autoclave”.
De ayer a hoy
El Prolim contaba con dos hornos pirolíticos adquiridos en 1995 y en estos 24 años fueron reparados en varias oportunidades, hasta que su vida útil se agotó sin tener nunca la habilitación de parte del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS).
Esos hornos servían para el tratamiento de los residuos patológicos de carácter hospitalario, como jeringas, guantes usados, restos de sangre, fluidos, elementos cortopunzantes contaminados y todo aquel material que hubiera tenido contacto con microorganismos potencialmente patógenos.
Con la incineración se obtiene la eliminación absoluta de los gérmenes y tóxicos sin dañar el medio ambiente ya que las cenizas que quedan luego del proceso son estériles e inocuas.
El nuevo horno fue adquirido a la empresa INCOL, con sede en San Martín, provincia de Buenos Aires, y una vez en Trenque Lauquen personal especializado, con la ayuda de una grúa de gran tamaño –sólo una de las partes pesa ocho mil kilos y el equipo en total, unos 22 mil kilos-, lo descargó en el Prolim. Luego del montaje mecánico, se realizó la instalación electrónica del horno.
Posteriormente la empresa MEGA Ingeniería, que ganó la licitación, hizo la conexión y colocó dos estaciones de regulación de gas.
La estructura que lo alberga es un espacio que tiene 16 por 20 metros cubiertos con conexión de gas industrial e instalación eléctrica industrial. Además cuenta con dos portones, una altura desde los 5 a 7 metros y también oficinas y una sala de control. Son 320 metros cuadrados de galpón y 25 de oficina. Dos playones para el lavado y recepción de los vehículos de 220 metros cuadrados cada uno. También fueron conectados contenedores refrigerados donde se reservarán los residuos patogénicos.
En enero pasado, junto a representantes de las empresas Camuzzi Gas Pampeana, Incol y Mega Ingeniería, el área de Ambiente y Desarrollo Sustentable realizó una prueba piloto del nuevo horno pirolítico, con la intención de evaluar su funcionamiento, tras la aprobación del Centro de Tratamiento de Residuos por parte del OPDS.
La puesta en funcionamiento del nuevo horno pirolítico es uno de los aspectos clave en el marco del proyecto del Polo Ambiental Integral en el que se asentarán diferentes emprendimientos municipales relacionadas a la separación y ordenamiento de residuos sólidos urbanos y su puesta en valor para la comercialización como así también iniciativas relacionadas a la investigación y desarrollo.