2015 fue clave para el movimiento feminista de todo el mundo. Las situaciones de violencia ejercidas hacia las mujeres y diversidades se impusieron en la agenda pública después de ese primer grito de “Ni Una Menos” del 3 de junio de ese año.

La confluencia de diversos sectores sociales, junto a la potencia del movimiento feminista logró una convocatoria masiva en donde se reclamó al Estado la promulgación de medidas para el cese de la violencia machista/sexista, cuyo extremo es el femicidio y la trata con fines de explotación sexual.

Personas que nunca se habían sentido interpeladas por el movimiento feminista, muchas de ellas jóvenes y adolescentes, fueron las protagonistas de ese día, en el que encontraron un espacio de referencia y contención, así como una base para la acción colectiva.

La gran visibilidad que alcanzaron las consignas y demandas feministas colaboró para traccionar proyectos y canales políticos para avanzar en la lucha contra la violencia machista y la feminización de la pobreza.