El armado de una “campaña corta” con un plan de gobierno para los próximos cuatro años, la “mejor propuesta salarial” para llevar a los docentes con el fin de desactivar un paro y a la espera de 20.000 millones de pesos de la Nación en concepto de reactualización del Fondo del Coburbano. Entre estas tres variables deambula por estos días la estrategia política de la gobernadora María Eugenia Vidal y de sus ministros.
Para el futuro inmediato, la gobernadora bonaerense acaba de diagramar con su ministro de Hacienda Hernán Lacunza lo que será su estrategia para dar el debate de las paritarias docentes que se avecina. “Vamos a hacer la mejor oferta que se haya visto en muchos años”, deslizó uno los funcionarios predilectos de la gobernadora. Si bien no se conocieron detalles de lo que implicará esa oferta, la idea que manejaría Vidal para llevar al gremio de maestros está por encima del 20% con una cláusula de ajuste y una revisión en el segundo semestre.
En una charla que mantuvo hace unos días con sus funcionarios para encarar la negociación con el secretario general de SUTEBA Roberto Baradel, la gobernadora bonaerense deslizó que no quiere que la puja de paritarias se extienda ya que quiere evitar un paro de actividades en las aulas como el que hubo el año pasado. De hecho, varios funcionarios bonaerenses ya empezaron a tender puentes informales con referentes del gremio docente.
Apenas unos días después de acordar con Mauricio Macri la idea de unificar los comicios bonaerenses con la pelea presidencial, Vidal empezó a establecer con su gabinete un esbozo de lo que será una “campaña corta” que no llevará más de tres meses y que apuntará a fijarse un plan de gobierno para los próximos cuatro años.
En este sentido, allegados a la mandataria destacaron que no sólo buscará mostrar todo lo que hizo en sus cuatro años de mandato sino que además presentará con datos concretos y cifras un programa de gobierno para lo que le restaría hacer en una segunda gestión.
“Tenemos que mostrar datos bien concretos con presupuesto y medidas efectivas de cómo vamos a seguir gobernando”, dijo Vidal en otro encuentro con sus asesores en el despacho de La Plata. En clave electoral esto sería, por ejemplo, plantear que a las salas de atención primaria básica en salud distribuidas hasta ahora en 24 municipios, buscará agregar otras 20 comunas. También se contempla una extensión de los centros de atención de seguridad de la Policía bonaerense y la Federal que hay instalados en 8 barrios muy calientes del conurbano a una decena de municipios más.
Para sustentar estas promesas de campaña en un segundo mandato y dar continuidad a su proyecto político, Vidal espera que en lo inmediato el gobierno nacional le gire los 20.000 millones de pesos de actualización del Fondo del Conurbano que se comprometió Macri a enviar a Buenos Aires. Está claro que la gobernadora sabe de los inconvenientes que tiene la Casa Rosada para afrontar ese desembolso y conoce los detalles de las exigencias del FMI de mantener el déficit cero en las cuentas nacionales.
Vidal necesita de esos fondos de compensación por la quita histórica de la coparticipación federal a Buenos Aires por una simple cuestión de contabilidad doméstica: de cada 100 pesos que ingresan a la provincia, la mitad se va en sueldos a estatales, 20 se giran a los municipios en concepto de coparticipación, 20 van a pago de jubilaciones y los 10 restantes se deben usar para compras, comedores escolares y obra pública. Es decir, que la gestión queda limitada a muy poco margen de maniobra contable.
Sin embargo, según confirmaron fuentes allegadas a Vidal, la gobernadora habló con Macri de este tema la semana pasada y se llevó el compromiso presidencial de que los $20.000 millones serán compensados ya sea con dinero fresco o con obra pública. “Hay una gran predisposición del Presidente de cumplir con lo acordado”, dicen que esbozó la gobernadora a sus ministros tras el encuentro que mantuvo con Macri el viernes pasado en la inauguración de obras de AYSA en el Dock Sud.
No hay muchas opciones más de ampliación de fondos en la arcas bonaerenses ya que Vidal aseguró a sus funcionarios y a diputados de Cambiemos que en lo que resta del año no tiene previsto aumentar impuestos bonaerenses.
En rigor, en la Casa Rosada saben que la suerte electoral de Macri está atada al futuro de Vidal y su proyección financiera en la provincia de Buenos Aires. La gobernadora bonaerense sabe también que se avecina una campaña “muy dura y peleada”, como hizo saber en estos días.
Los datos que se manejan de encuestas en los últimos meses en La Plata muestran una proyección permanente de un 37% promedio de intención de votos de Cristina Kirchner en territorio bonaerense contra el 30% de Macri. Por ello Vidal tiene previsto armar una campaña electoral donde su principal rival sea Cristina Kirchner como figura excluyente, más allá del candidato a gobernador que ella ponga en adelante. Después de todo, en las filas de Cambiemos están convencidos de que la puja en las urnas será para contrastar el modelo K versus la gestión macrista.