“Nuestro plan de reforma económica, respaldado por el Acuerdo Stand-By del FMI, se ha enfrentado a nuevos y significativos desafíos desde que éste fuera aprobado en junio por la Junta Ejecutiva del FMI”, dicen Nicolás Dujovne y Guido Sandleris, ministro de Hacienda y presidente del Banco Central, en la carta conjunta que firma como introducción del el Memorándum de Políticas Económicas y Financieras (MPEF) que se dio a conocer hoy como parte del nuevo acuerdo con el FMI.
Allí, los dos funcionarios del gobierno de Mauricio Macri explican la postura oficial sobre las modificaciones que se hicieron al préstamo original de junio y que se anunció oficialmente hoy.
A grandes rasgos, el Gobierno espera un crecimiento en “V” –o sea, un rebote fuerte–, para el tercer trimestre de 2018 con impacto en el cuarto, cuando se vería una suba de 8,5% del PBI interanual. Si bien el año terminaría con una caída acumulada de por lo menos 0,5%, al momento de la elección, el Gobierno podría mostrar buenos números.
Otro dato para destacar es que el Central se compromete a no vender reservas hasta fin de año (siempre respetando las bandas cambiarias) y a mantener las tasas en al menos 60% hasta que el promedio de las expectativas de inflación baje dos meses seguidos.
“Argentina ha estado sujeta a una considerable volatilidad del mercado debido, en parte, a condiciones globales inhóspitas para las economías emergentes y, en parte, a las dificultades políticas internas suscitadas por la investigación en marcha y expansión por actos de corrupción vinculados con la operación y construcción de infraestructura y servicios públicos durante la Administración anterior”, detalla el documento.
También afirman que se decidió “enfrentar estos desafíos de una manera directa y transparente y adaptar nuestra estrategia a estas circunstancias menos favorables” y que “ya no es posible para la Argentina tratar este acuerdo como precautorio” y que “sus tramos puedan ser utilizados como apoyo presupuestario”.
Básicamente se trata del mismo acuerdo con las principales metas actualizadas. También hay algunos “errores de arrastre”, según le confiaron funcionarios a Infobae –como la inflación de 40%, algo que ya fue superado en septiembre–, que ya fueron corregidos con cartas al Fondo.
Los principales puntos de la actualización del Memorándum de Políticas Económicas y Financieras
1 – Objetivos. Restaurar completamente la confianza del mercado, rediseñar la estrategia política del Banco Central para asegurar que la inflación caiga a un solo dígito para 2021, disminuir las tensiones del balance de pagos, proteger a los sectores más vulnerables.
2 – Política Fiscal. “El núcleo de nuestros objetivos fiscales sigue siendo lograr el equilibrio fiscal para reducir nuestra deuda pública en el tiempo y fortalecer los pilares básicos de un proceso de crecimiento económico sano”, expresa el documento.
Además de las medidas fiscales del Presupuesto 2019 (suba de los impuestos a las exportaciones y reducción en los reintegros de los impuestos sobre las exportaciones, impuesto a los bienes personales, reducción de los subsidios a la energía y freno a la contratación de empleados públicos, entre muchos otros) se detalla que se continuará “fortaleciendo nuestras finanzas públicas en 2020 tomando las medidas necesarias para aumentar el superávit primario al 1 por ciento del PBI. Para finales de octubre de 2018, presentaremos al Congreso un presupuesto trianual, con objetivos transparentes a mediano plazo para el balance primario, que son consistentes con los parámetros del programa”.
Sobre los sectores más vulnerables se describe que se continuará con el compromiso de proteger “los beneficios de asignaciones familiares per cápita en términos reales” y que “el gasto social en términos nominales crecerá más de 10 puntos porcentuales más rápido que el gasto primario total y se mantendrá en niveles récord en 2019”.
3 – Política Monetaria. Antes que nada, mea culpa: “Reconocemos que nuestro enfoque elegido para la política monetaria no ha dado los resultados deseados en la reducción de la inflación”, dice el gobierno argentino.
Se describe luego la estrategia de base monetaria de cero crecimiento y se detalla: “Nos comprometemos a mantener las tasas a corto plazo (la tasa LELIQ de 7 días) en o por encima de 60 por ciento, al menos hasta que el promedio de las expectativas de inflación reportadas en la encuesta REM a un horizonte de 12 meses hayan declinado decisivamente (2 puntos porcentuales, según se aclaró) durante dos meses consecutivos”.
Además, se expresan compromisos a no realizar ventas de divisas a través de bancos estatales, a “reducir la participación en el mercado de futuros manteniendo nuestro stock total de futuros no entregables en o por debajo del nivel que tenían a finales de Septiembre hasta finales de Diciembre, y reduciéndolo gradualmente después” (unos USD 3.600 millones, según pudo saber Infobae) y a continuar con “esfuerzos constantes para mejorar la autonomía operativa del BCRA y reducir sus vulnerabilidades”.
4 – Gestión de la deuda. Se reafirma que “para mejorar la coordinación entre el Ministerio de Hacienda y el BCRA en las emisiones de deuda y fomentar el desarrollo del mercado, hemos establecido un comité de alto nivel de coordinación de gestión de deuda. Este comité se reúne semanalmente y coordina actividades vinculadas a la esterilización y los planes de emisión de deuda”.
5 – Sector bancario. Argentina dice que los riesgos en el sector bancario son “limitados debido al pequeño tamaño del sector, su alto nivel de capital y activos líquidos, así como la limitada exposición de los bancos al soberano”, pero se advierte que dado el reciente desarrollo del tipo de cambio, “continuaremos monitoreando de cerca la evolución del sector financiero y nos prepararemos para responder con prontitud a cualquier signo de deterioro en este sector”.
6 – Las perspectivas económicas. “Esperamos que el crecimiento económico trimestre a trimestre sea negativo hasta el primer trimestre de 2019. Sin embargo, el restablecimiento de la estabilidad macroeconómica y la trayectoria descendente más rápida de nuestra relación deuda-PBI restaurarán la confianza y eventualmente resultará en una recuperación en forma de V a partir del segundo trimestre de 2019”.
Datos duros:
– El crecimiento caerá entre 2 y 3 por ciento en 2018 y entre 0,5 y 2 por ciento en 2019.
– “Reflejando la recuperación en forma de V que esperamos, el crecimiento se recuperará a 8½ por ciento interanual en el cuarto trimestre de 2019″.
– “Durante 2019 también habrá un viraje en de la demanda desde el consumo interno y la inversión hacia una recuperación liderada por las exportaciones. El nivel competitivo del tipo de cambio real, que impulsará las exportaciones y comprimirá las importaciones, facilitará este cambio en la balanza comercial de un déficit de 0,9 por ciento del PBI en 2018 a un superávit comercial en 2019 de 1,2 por ciento del PBI”.
– “De manera similar, nuestro déficit en cuenta corriente se reducirá en más de la mitad para terminar en 2019 entre 0,5 y 1,5 por ciento del PBI”.
Infobae