La presión ejercida sobre el gasto público hizo que en los primeros nueve meses del año el déficit primario llegara a 1,1% del PBI. El resultado representa una baja del 47% respecto del nivel que el rojo de las cuentas públicas exhibía hace un año. El dato, con el que el Gobierno reafirma su camino hacia la reducción de gasto, llega días antes de que se produzca la reunión del directorio del FMI en la que se tratará el acuerdo con Argentina que le abrirá la puerta al desembolso de US$13.400 millones.
En estos nueve meses, los ingresos crecieron 36,6% y los gastos 26,5%. “Este es el programa de Argentina que cuenta con el apoyo del FMI”, dijo ayer el ministro Nicolás Dujovne cuando presentó los resultados fiscales en el microcine del ministerio de Hacienda. Con esta frase, el funcionario busca reafirmar que las riendas del ajuste están en manos del equipo conducido por el presidente Mauricio Macri y no en las de Christine Lagarde, la directora del FMI.
A partir de las negociaciones con el Fondo para conseguir fondos para enfrentar los vencimientos de deuda y calmar así a los mercados, el Gobierno aceptó acelerar la reducción del déficit. La meta original para este año era del 3,2% del PBI pero en el acuerdo se redujo a 2,7%. Con 1,1% de rojo fiscal en lo que va del año, el Gobierno se encamina a sobre cumplirla. Para 2019 se pactó déficit 0, en lugar del 1% que el Gobierno planeaba originalmente. Y para 2020, el objetivo es lograr un superávit del 1%.
“El FMI tiene un acuerdo sobre cuál es el nivel de déficit. Argentina tiene total autonomía para decidir sus políticas”, indicó.
“La baja en el gasto que está realizando la Argentina en estos años del presidente Macri es realmente inédita. Llevamos 15 meses consecutivos con los ingresos creciendo por encima de los gastos primarios”, aseguró el ministro. Y detalló el desembolso en prestaciones sociales se ubica “prácticamente en niveles récord” pese a que el nivel del gasto sobre el PBI es equiparable al que había en 2012, antes de que comenzara la etapa más expansiva de la gestión kirchnerista.
En septiembre, el déficit primario, antes del pago de intereses de la deuda fue del 1,3% del PBI, lo que implica un sobrecumplimiento respecto de la meta que el Gobierno había pactado con el FMI, que era de 1,9%. El mes pasado hubo un aumento importante del peso de los intereses de la deuda por el efecto de la devaluación. En los primeros nueve meses del año el déficit financiero, tras el pago de intereses, fue del 2,8%.
Además de bajar gasto, el Gobierno aumentará la presión fiscal para cumplir con el Fondo y llegar a déficit 0. A las nuevas retenciones para las exportaciones se le suman la postergación del ajuste por inflación y de la rebaja de algunas alícuotas, como la del Impuesto a los Sellos. Dentro de la negociación por el Presupuesto 2019 a pedido de la oposición se analiza aplicar el Impuesto a los Bienes Personales sobre las propiedades rurales. “Estamos trabajando para que eso impacte en el campo lo menos posible”, dijo Dujovne ante la consulta de cómo pegará sobre el sector.
Con relación al acuerdo con el FMI que el directorio del organismo tratará este viernes, el ministro dijo que “no va a tener modificaciones” respecto de lo que ya se conoce y que “no habrá un pedido extra” para que el Gobierno aplique un ajuste aún mayor. “Vamos a tener una estabilización monetaria y una desaceleración de la inflación y en los próximos meses es probable que Argentina ingrese en una etapa de superávit comercial. Les garantizamos a los argentinos que no habrá una nueva crisis”, señaló Dujovne.
Clarín