Una de las iniciales de los novios no coincidía con el nombre por el que era conocido.
“L y F” eran las iniciales colocadas en una torta de casamiento que identificaban a los contrayentes: Leandro, un inspector de la Policía de la Ciudad, y Felipe, un médico de guardia del Hospital Ángel Marzetti, de Cañuelas.
Esa torta de casamiento, que resaltaba en la mesa de dulces de la fiesta que la pareja realizó el 6 de abril pasado en un lujoso salón de eventos, fue una de las claves que pusieron al descubierto el escándalo de los falsos médicos en el hospital de Cañuelas.
El 1º de agosto pasado, uno de los contrayentes comenzó a trabajar en ese nosocomio. Se presentó a trabajar en la guardia como Joao Peixoto dos Santos Nieto. Todos lo conocían como el doctor Joao. Nadie sabía que se llamaba Felipe. Hasta que la foto de la torta de casamiento con las iniciales “L y F” fue difundida a través de la red social Facebook como una imagen del festejo.
Uno de los empleados del hospital advirtió el detalle. Si los integrantes de la pareja eran Leandro y Joao, a quién correspondía la inicial F que acompañaba la L del efectivo de la Policía de la Ciudad.
Así quedó al descubierto la trama del engaño. Casi tres meses después de la fiesta se determinó que el doctor Joao era, en realidad, Felipe Nori Haggi Lacerda, un estudiante avanzado de Medicina de la Universidad de Morón. La F era la inicial del verdadero nombre del falso médico.
Un mes antes del casamiento, el falso doctor Joao presentó un pedido en la administración del hospital para que le otorgaran la licencia por matrimonio.
El casamiento entre el médico y el policía se concretó el 5 de abril pasado en una sede porteña del Registro Civil. La fiesta se realizó al día siguiente en un salón de eventos en la ruta 205, en las afueras de Cañuelas. A raíz del escándalo, el gobierno porteño separó de forma preventiva al oficial de la Policía de la Ciudad.
Para la fiesta, los recién casados contrataron una empresa de catering que pertenece a la familia de una compañera de trabajo del falso doctor Joao.
Fabiana Pereyra, coordinadora de la guardia del hospital de Cañuelas, es propietaria del emprendimiento familiar que se dedica al servicio de catering en eventos sociales y empresariales de la zona. La funcionaria cocinó las pizzas con las que los contrayentes agasajaron a los más de 100 invitados.
“Yo no tuve nada que ver con la mesa de dulces. Siempre estuve en la cocina, con las pizzas”, exclamó la funcionaria, que se presentó ante los periodistas que realizaban la cobertura informativa del escándalo en la puerta del hospital de Cañuelas.
“Vengo a hablar con ustedes porque se está mancillando mi nombre. Mi función en el hospital consiste en coordinar el trabajo de los médicos. Verifico que se cumplan los tiempos de atención a los pacientes y que las ambulancias no tengan demoras en responder a las llamadas de emergencia. No soy responsable de la contratación de los médicos ni de la evaluación de los antecedentes. Esa función corresponde al área administrativa”, aclaró la funcionaria, que se acercó al nosocomio.
Con sus declaraciones, Pereyra intentó desvincular su responsabilidad en el escándalo. Además, se encargó de remarcar el detalle de la mesa de dulces. Si admitía que ella decoró la torta de casamiento y la coronó con las iniciales de los novios -L y F-, no podría haber dejado pasar la diferencia en el nombre.
La maniobra se terminó de descubrir cuando el falso doctor Joao presentó la partida de casamiento. Con un corrector, borró el nombre Felipe Nori Haggi Lacerda y lo reemplazó por Joao Peixoto dos Santos Nieto. Cuando las autoridades judiciales pidieron la partida original, la falsificación quedó en evidencia. Una testigo del casamiento fue Mónica Rocha, una de las médicas que aparecen bajo investigación. La encargada de decorar la torta ignoraba la doble identidad de Felipe y no sabía que donde puso la F de Felipe debía haber colocado la J de Joao.
Fuente: La Nación