Esta empresa decidió darle un doble beneficio a los trabajadores que no fumaran: más días de descanso y mejorar su salud.
En Tokio existe una empresa que tómo una medida con doble impacto positivo para sus empleados. El primero fue claro y directo: le otorgó 6 días extras a quienes no fumen. Mientras que el segundo se dio por añadidura ya que premiaría en el futuro a quienes dejaran de consumir tabaco. Hecho que finalmente sucedió.
Se trata de la consultora de mercadotecnia en línea Piala Inc. que tomó esta decisión para compensar a sus empleados no fumadores por todos los descansos que hacen de más sus compañeros consumidores de cigarrillos. En rigor, se motivaron en el pedido de uno de sus trabajadores que no tiene el hábito de consumir tabaco.
“Uno de nuestros empleados no fumadores puso un mensaje en el buzón de sugerencias de la empresa a principios de año diciendo que las pausas para fumar causaban problemas”, explicó Hirotaka Matsushima, portavoz de la compañía, a The Telegraph. “Nuestro CEO vio el comentario y estuvo de acuerdo, por lo que les damos a los no fumadores tiempo libre para compensarlo”, agregó el ejecutivo.
El pedido del trabajador se basó en que la oficina de la empresa se encuentra en el piso 29 de un elevado edificio, por lo que los fumadores tienen que bajar desde esas alturas cada vez que desean fumar, lo que se traduce en 15 minutos de tiempo perdido.
La implicancia de la medida, bautizada con el nombre de Sumokyu -juego de palabras entre el término inglés smoking (fumar) y el japonés de descanso- fue positiva. De hecho dejaron de fumar 4 de los 42 fumadores, quienes serán recompensados con los días libres de mantener su decisión, aseguró Matsushima.
“Espero alentar a los empleados a dejar de fumar a través de incentivos en lugar de sanciones o coerción”, anheló Akao Asuka, CEO de Piala Inc.
En Japón, hace días se aprobó una ley que prohibe consumir tabaco en lugares públicos, mientras que por cuestiones de normativa relativas a las superficie e inversión, sí se podrá en la mitad de los restaurantes y bares. En este contexto, paradójicamente, se prohíbe hacerlo en la calle.
Fuente: La Nación