La pobreza en el primer semestre de 2020 subió al 40,9% a pesar de los 8,8 millones de programas sociales para atenuar el impacto de la pandemia, informó este miércoles el Indec. De esta forma, unos 18,6 millones de argentinos quedaron debajo de la línea de la pobreza en la primera mitad de este año.
Una vez más los más perjudicados fueron los niños. En la primera mitad de este año, 56,3% de los menores de 14 años estaban debajo de la línea de pobreza y el 15,6% debajo de la línea de indigencia, cifras que no se observan en ningún otro rango etario.
Si en los primeros seis meses del año pasado eran 3,6 millones de personas las que habían caído debajo de la línea de pobreza en la comparación interanual cuando la pobreza se incrementaba 8,1 puntos hasta el 35,4%, esta vez se suman otros 2,5 millones de argentinos a las estadísticas de pobreza por la suba de otros 5,5 puntos porcentuales, con un fuerte correlato en la indigencia.
El año pasado crecía 2,8 puntos la cantidad de personas que no podían proveerse un plato de comida y este año creció la misma cantidad hasta llegar al 10,5%. En otras palabras, más de una de cada diez personas en Argentina no tiene ingresos suficientes para comer. Son casi 4,8 millones de personas en esta situación.
En cambio, en la comparación respecto del último semestre de 2019 el incremento de la pobreza fue de 5,4 puntos. Es que entre la primera y la segunda mitad del año pasado la incidencia de la pobreza se mantuvo relativamente estable ya que el aumento de la cantidad de personas que no accedían a la canasta básica casi no varió, lo que sí cambió fue la profundidad de la pobreza: los mismos pobres se hicieron más pobres y la indigencia avanzó del 7,7% al 8% de la población.
Ya este año, de acuerdo a los datos difundidos hoy, la indigencia se elevó al 10,5%, es decir que más de uno de cada diez argentinos en los primeros seis meses de 2020 no tenían ingresos suficientes para cubrir la canasta alimentaria.
El reporte de incidencia de la pobreza y la indigencia del Indec se elabora sobre la población urbana de 31 aglomerados del país que incluye una población de 28.571.057 y está constituida en 9.367.719 hogares. Solo en estos centros urbanos las personas alcanzadas por la indigencia fueron 2,9 millones. Si se los proyecta a los 45,4 millones de habitantes, se llega a 4,8 millones que no llegaban a un ingreso suficiente para comer.
En términos de hogares, en el primer semestre el 30,4% de los hogares no llegaron a superar la línea de pobreza -que se define por la canasta básica- y quedaron a unos $18 mil pesos mensuales en promedio de superarla. En tanto que el 8,1% de los hogares no superaron la línea de indigencia -que se define por la canasta alimentaria- y quedaron a más de $7.300 en promedio de poder cubrir sus alimentos con sus ingresos. La canasta alimentaria promedio por hogar fue de $17.635 mensuales para el cálculo del Indec y la canasta básica promedio fue de $43.785.
En palabras del Indec, “en promedio, los hogares indigentes tienen una distancia de $7.324 entre sus ingresos y el valor de la Línea de Indigencia (LI). En términos porcentuales, ello implica que sus ingresos en promedio se encuentran 41,6% por debajo de la LI. En el caso de los hogares pobres, la distancia se refiere a la Línea de Pobreza (LP) y es de $18.026, lo que implica una brecha de 41,2%”.
Los números de esta primera mitad del año repiten asimetrías históricas. Por ejemplo, en el Gran Resistencia la indigencia alcanza al 18,2% de las personas, contra el 5,5% registrado en Posadas. En el conurbano bonaerense llegó al 13,6% de los habitantes y en la Capital Federal se más que triplicó para llegar al 3,7%. En el Gran Buenos Aires llegó al 11,7% y superó al Norte argentino: en el NEA fue del 11,4% y en el NOA del 7,9%.
Fuente LPO/Imagen Ambito.