Alberto Fernández decidió aplicar una cuarentena obligatoria a la población: Sólo se podrá salir al supermercado y las farmacias. En principio la medida se extenderá hasta el 31 de marzo y su aplicación quedará a cargo de las autoridades locales.
El Presidente lo anunció luego de estar reunido por horas con los gobernadores de todo el país en la Quinta de Olivos ultimando los detalles del anuncio, que entró en vigor a partir de las cero horas de este viernes. El principal punto de contención es la Ciudad de Buenos Aires donde se registra la mayor cantidad de casos y quedará a cargo del gobierno porteño el control.
“El setenta por ciento del problema está en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia”, reconoció el Presidente.
“Vamos a ser absolutamente inflexibles”, dijo el Presidente, quien anticipó que a aquellos que no puedan explicar porque están circulando por la calle, se les aplicarán las sanciones pertinentes en el Código Penal. “Vamos a ser muy severos con los que no respeten esta norma y le pedí a los gobernadores que sean muy severos”, agregó Alberto Fernández.
Las medidas replican en alguna medida lo que se implementó en España, en las que desde el sábado pasado se dispuso bajo la figura de “Estado de Alarma” el confinamiento obligatorio, que incluye además del cierre de todos los establecimiento públicos y privados de encuentro social, también los parques.
Una complejidad adicional registra el mantenimiento de las operaciones de servicios públicos. La recolección de basura, los trabajos en las redes de electricidad, agua y gas y hasta los servicios de telefonía e internet, requieren de trabajadores en la calle. Qué hacer con estos servicios en la cuarentena se discutió con funcionarios del gobierno en la reunión que tuvieron este miércoles con legisladores de la oposición.
Alberto explicó que la norma excluye a los que trabajan en “niveles de conducción” de los tres niveles de gobiernos, las fuerzas de seguridad, los trabajadores de alimentos, fármacos, petróleo y refinerías y periodismo, pero no aclaró cuál es la situación respecto a los trabajadores de servicios públicos.
Pero acaso el tema más grave es el parate económico que ya empezó y encuentra a la Argentina en una situación de gran fragilidad y con una gran parte de su población activa trabajando en la informalidad, sin posibilidad de teletrabajo y que viven al día. Los sectores del comercio y servicios ya sufren el impacto del parate, así como la recaudación de los estados.
“La economía sin duda se va a ralentizar y vamos a tener menor recaudación y problemas fiscales a atender”, reconoció Alberto Fernandez y prometió “dictar normas que alivien la situación de los que trabajan en la informalidad”. Por LPO.