El histórico futbolista argentino ocupó uno de los palcos del Estadio Olímpico Luzhnikí.
La ceremonia inaugural de Rusia 2018 será recordada como una de las más breves y contundentes de la historia. Dos shows musicales y apenas unos pocos desfiles artísticos alcanzaron para abrir la puerta de la 21ª edición del Mundial.
Más allá de las estrellas de primer nivel que brillaron en el centro de la escena, hubo un personaje que se robó buena parte de los flashes: Diego Armando Maradona.
El histórico jugador argentino, campeón del mundo en 1986 y finalista en 1990, se ubicó en uno de los palcos del Estadio Olímpico Luzhnikí, que cobijó tanto la fiesta de apertura como el duelo entre Rusia y Arabia Saudita que inició el certamen.
Con unos pintorescos lentes, un traje azul y visiblemente más delgado, el “Diez” siguió de cerca todas las acciones del evento que tuvo la presencia de Iker Casillas y la modelo Natalia Vodianova ingresando la Copa del Mundo. También cantaron Robbie Williams y Aida Garifullina.
Maradona estuvo instalado en Colombia durante los últimos días para realizarse un tratamiento en la rodilla izquierda a raíz de un problema que lo aquejaba desde hacía varios años. Si bien mantuvo el hermetismo, se mostró bailando vallenatos en Cali antes de subirse al avión que lo depositó en Moscú.
El “Diez” será comentarista de una cadena televisiva italiana y también estará al frente de un programa llamado “De la mano del 10”, junto con el relator Víctor Hugo Morales. También cumplirá su rol como embajador de la FIFA.
Cabe destacar que el ex futbolista de 57 años, actualmente presidente del Dinamo Brest de Bielorrusia, fue entrenador de la selección argentina en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde alcanzó los cuartos de final.
Fuente: Infobae