Un hombre de 91 años que trabajaba como peón en un campo del sudoeste santafesino fue rescatado el viernes tras una denuncia por trata de personas contra su patrón. Desde la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) afirman que el dueño le retenía la jubilación y le pagaba 200 pesos mensuales.
La aberrante situación de la que habría sido víctima el anciano fue descubierta durante una inspección realizada a principios de año en Venado Tuerto por la Uatre. Si bien el caso fue notificado inicialmente ante las autoridades del Ministerio de Trabajo de la provincia, la cuestión pasó a ser materia de una causa penal y la víctima fue asistida ahora en el marco de un allanamiento ordenado la semana pasada por el fiscal federal Javier Arzubi Calvo.
Entre otros datos alarmantes, el sindicato advirtió que el peón rescatado llevaba doce años en esa situación. “Nos decía que permanecía allí porque quería cobrar todo lo que le debía el patrón”, apuntó el delegado regional Juan Flaherty en diálogo con el sitio Venado 24 a la hora de repasar cómo fue la primera entrevista en el establecimiento a partir de un llamado anónimo.
El procedimiento que autorizó el juez rosarino Carlos Vera Barros requirió la intervención de Gendarmería Nacional y también la colaboración de la Agencia Provincial de Investigación sobre Trata de Personas y la Dirección de Políticas para Adultos Mayores de la Municipalidad. Flaherty explicó que el predio ubicado cerca del cruce de la Ruta Nacional 8 con la Ruta Provincial 14 estaba en condiciones “infrahumanas”. Allí constataron que el trabajador “vivía en una casa con piso de tierra, paredes sin revocar” y “un precario baño afuera”.
Además de cuidar el campo, el anciano se dedicaba a la cría de aves de corral y ovejas a cambio de 200 pesos mensuales por 12 horas diarias de trabajo. Para colmo, el propietario lo llevaba una vez por mes a cobrar la jubilación y luego se quedaba con los haberes de su empleado.
El peón explotado fue trasladado desde el campo y atendido en el Hospital Alejandro Gutiérrez después del allanamiento. Después de la denuncia del 18 de febrero, representantes de Uatre acotaron que en el lugar había otra persona que ocupaba una casa diferente, aunque ignoraban si se trataba del propietario de esas tierras.