El anfitrión, cuestionado por su flojo presente, apunta a clasificarse a octavos. Juan Pizzi dirige a los saudíes y la terna arbitral es la argentina liderada por Néstor Pitana.
Se acabó el tiempo de las especulaciones, quedan al margen todos los pronósticos y los 32 seleccionados participantes jugarán todas sus fichas a llevarse el título. Como ocurre cada cuatro años, la mayor fiesta deportiva del planeta tiene este jueves su esperado puntapié inicial. Tras una colorida ceremonia inaugural, Rusia -cabeza del grupo A- y Arabia Saudita abren la 21ª Copa del Mundo en el estadio olímpico Luzhniki, en Moscú. Será a las 12, con una terna arbitral argentina liderada por Néstor Pitana, secundado por Juan Pablo Bellati y Hernán Maidana como asistentes. Lo televisarán en simultáneo la TV Pública Argentina y DirecTV.
Rusia intentará hacer valer su localía, pero ha recibido muchas críticas por su planteo de juego en el que expone su fragilidad defensiva. Su objetivo será alcanzar como mínimo los octavos de final, algo que no consiguió en sus tres últimas participaciones (1994, 2002 y 2014) en mundiales, sumando apenas dos victorias en nueve partidos.
El análisis no resulta antojadizo, porque la estadística le juega en contra. Los anfitriones registran una racha negativa de siete encuentros, con tres empates y cuatro derrotas, entre ellas la sufrida el 11 de noviembre ante Argentina por 1-0 con el gol del Kun Agüero.
Está claro que el equipo que dirige Stanislav Cherchesov no concita demasiada expectativa. Intentará recuperar ese protagonismo perdido tras una decepcionante actuación en la Eurocopa 2016, aunque mejoró su rendimiento en la última Copa Confederaciones. Sin embargo, su último festejo se remonta al 7 de octubre, cuando superó 4-2 a Corea del Sur.
El arquero Igor Akinfeev, de 32 años y con 105 partidos internacionales, es el referente de un seleccionado que no deslumbra por tener figuras. Otros destacados son el volante Alan Dzagoev y el delantero Fyodor Smolov, mientras que Aleksandr Golovin y los gemelos Aleksei y Anton Miranchuk aparecen entre las apuestas que pueden sorprender.
Arabia Saudita jugará su quinto mundial luego de participar en 1994, 1998, 2002 y 2006. Si bien solo obtuvo dos victorias sobre 13 encuentros, en Estados Unidos 94 accedió a los octavos de final, etapa en la que fue eliminado al perder 3-1 ante Suecia.
Su entrenador es Juan Antonio Pizzi, quien dirigió al Chile campeón de la Copa América Centenario en Estados Unidos 2016 y asumió en diciembre en reemplazo del despedido Edgardo Bauza (por sendas derrotas en los amistosos con Portugal y Bulgaria) y tras el interinato del bosnio Krunoslav Jurcic (fue el DT en la Copa del Golfo, en Kuwait). Es el último de los clasificados en el ránking FIFA y sus expectativas apenas pasan por realizar un decoroso papel.
La estrella es Mohammad Al Sahlawi, de 31 años, quien juega de mediapunta en Al-Nasr Riyadh pero es centrodelantero en el seleccionado. Habitual ejecutor de los penales, sobresale por ocupar bien los espacios y aprovechar el error defensivo. Suma 28 tantos en 38 partidos y fue el máximo goleador de las eliminatorias asiáticas con 16 tantos en 14 encuentros.
Sin embargo, muchos objetan su titularidad y piden que le deje su lugar a otro delantero más joven, Fahad Al Muwallad (10 goles en 42 partidos). ¿La razón? Un marcado bajón en su rendimiento, reflejado en haber marcado su último gol el cierre de las eliminatorias, el 8 de junio de 2017, en la victoria 3-2 ante Australia.
Fuente: Clarín