Valentin Miranda     Abogado UNLP.        Diputado provincial.

El sistema electoral argentino requiere grandes reformas como la boleta única papel, que venimos impulsando desde Juntos por el Cambio. Estos días son claves, se instaló el debate en la legislatura sobre la forma en la que la ciudadanía vota. Considero que este es el momento político para llevar adelante esta transformación, lejos de especulaciones electorales y de clima de elección, nos posiciona en un lugar de responsabilidad, a la clase política entender estos tiempos y dejar las reglas de juego claras para las próximas elecciones.

Pero, ¿qué es la boleta única? Cuando hablamos de boleta única, nos referimos a un instrumento de votación, como el nombre lo indica la oferta electoral de candidaturas de un distrito se muestra en un solo papel, donde se marcan los casilleros correspondientes a los partidos o frentes electorales para cada categoría. Existen varias formas de aplicarlo, por ejemplo, en Córdoba, la boleta única concentra la oferta electoral en una sola hoja, en Santa Fe hay un papel por cada cargo que se identifican por color.

Cuando se plantea un nuevo sistema de votación y la propuesta es la llamada boleta única se estudian los pro y los contras del sistema actual que sostenemos desde la vuelta a la democracia en 1983, para esto debemos pensar que diseño institucional queremos construir. Hoy la boleta única funciona para cargos provinciales en 5 de los 24 distritos del país, y es el sistema de votación de la mayoría de los países de América Latina y el mundo.

Lo cierto es que aplicarlo, puede generar un cambio en la composición del congreso, con mayor pluralidad de voces. Se genera equidad en la oferta electoral, ya que, todos los partidos o frentes electorales aparecen de la misma manera sin beneficio de ninguno en particular.

También es el único sistema que asegura equidad, es más económico y sostenible. Genera un ahorro importante en la impresión de boletas. Con este sistema habrá boletas para todos los votantes impresas por el estado, sin la participación de los partidos políticos. Además evitaría el robo, falsificación y roturas de boletas.

Es sostenible, ya que, dejaríamos de lado la gran cantidad de papel usado, la tinta y materiales biodegradables, que si prestamos atención a la huella de carbono no sólo dejaríamos de derrochar estos elementos, sino que también, el sistema actual requiere del transporte de estos elementos.

Por otro lado, tiene un impacto positivo en la rapidez y lo ágil que sería el proceso de las autoridades de mesas y fiscales en todo el proceso, pero sobre todo, en el conteo final, por otro lado, el cuarto oscuro seria más ordenado y se simplificaría la disposición del lugar. Entre las desventajas o limites de este sistema, sabemos que no resuelve el problema de la lista sábana, que es cerrada y que uno vota por la lista completa sin la posibilidad de elegir candidatos de una u otra lista.

Lo cierto es que debemos prestar atención a cómo implementarla, porque como todos los cambios requieren de tiempo y progresividad sobre todo para que la comunidad en su conjunto se familiarice con estos cambios.

Para que esto tome vigencia es necesaria la aprobación del proyecto de ley en ambas cámaras para modificar el código electoral nacional, las reformas electorales requieren de una mayoría agravada en el Congreso, mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno de los integrantes de la cámara: 129 en Diputados y 37 en el Senado. Por ende, se requieren consensos amplios para su aprobación.

Es necesario dar este debate, con el tiempo prudente para su efectiva aplicación logrando legitimidad en materia electoral, es momento de animarnos a los cambios y transformaciones que pueden mejorar la calidad electoral, con un mejor aprovechamiento de recursos, aplicando políticas que sean más sostenibles y generando equidad política.