Con el otoño y los días fríos nos invade la necesidad de comer platos calientes, que nos ayuden a levantar la temperatura y hagan entrar en calor el cuerpo.

Un buen plato de sopa, bien cargadito, resulta siempre una gran solución para esto.

Pero para variar un poco y salir de la típica sopa de verduras, comparto esta otra que es realmente ¡riquísima!

Cuando hice esta receta por primera vez, usé langostinos que de casualidad tenía en la heladera, en el momento me surgió la curiosidad de saber cómo quedarían con la calabaza, así fue que decidí incorporarlos y probar. Por suerte la combinación resultó muy bien. En el caso de no conseguir langostinos, se los puede reemplazar por unos trocitos de pollo.

Ingredientes:

  • 1/2 calabaza
  • Aceite de oliva y manteca c/n
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 3/4 vaso de vino blanco
  • Crema
  • Langostinos o pollo

Preparación:

Cortar la calabaza a la mitad (sácale las semillas, lávalas, tostalas con un poco de sal y resérvalas para el final), rociar con aceite de oliva y meter por 45′ en el horno a fuego moderado.

Saltear en oliva y manteca dos dientes de ajo, una cebolla cortada en brunoise y la calabaza cortada en cubos. Salpimentar.

Agregar 3/4 de vaso de vino blanco y cocinar 10′. Mixear.

Añadir un poco de crema y revolver para mezclar bien.

Agregar por encima queso parmesano rallado, langostinos, unas hojas de perejil u orégano fresco, las semillas tostadas y gratinar en el horno por unos minutos.

Francisco Molteni