Un día después de que se cumpliera un año de su desaparición, el submarino ARA San Juan fue hallado a 907 metros de profundidad y a casi 500 kilómetros del golfo de San Jorge, a la altura de Comodoro Rivadavia, Chubut.

Horas después de la confirmación oficial, el ministro de Defensa, Oscar Aguad; el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Vicealmirante José Luis Villán, y el Capitán de Navío y ex vocero de la Armada, Enrique Balbi, dieron a conocer toda la información que tienen hasta el momento: contaron por qué no lo encontraron antes, contestaron si puede ser reflotado, detallaron por qué podría haber implosionado, y cuál es el futuro judicial de la investigación a cargo de la jueza Marta Yáñez.

En un comunicado, la Armada sostuvo que “el buque Seabed Constructor arribó anoche al Área 1 / Subárea 15a y efectuó el descenso del ROV (vehículo operado remotamente) a fin de investigar el punto de interés N°24 informado por Ocean Infinity. Como resultado se verificó que se trataba del Submarino ARA San Juan que se encuentra a una profundidad de aproximadamente 900 metros, siendo su ubicación exacta muy próxima a la anomalía hidroacústica detectada por la CTBTO (Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares), cerca de la última posición conocida del submarino”.

En esa línea, la Armada agregó que “el San Juan está a 907 metros de profundidad en el Mar Argentino y a unos 500 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia, a través del Golfo San Jorge”.

“El área donde fue localizado había sido rastrillada por todas las Armadas participantes que intervinieron en las tareas de búsqueda, pero que no contaban con la tecnología utilizada por la empresa Ocean Infinity”, afirmó el comunicado, que además detalló que “a pesar de que la visibilidad se encuentra reducida en virtud de la turbulencia y la salinidad que hay en esa profundidad, se pudieron identificar hasta el momento algunas partes constitutivas del submarino”.

Respecto de qué partes pudieron ser identificadas, la Armada difundió que se trata de “una sección mayor, comprendida por el casco resistente, se encuentra en una sola pieza a 907 metros. Dicho casco resistente, de acero especial de 33 milímetros de espesor, es el sector habitable donde se encuentran las baterías y todos los sistemas y equipos que tiene el submarino, y que posee un tamaño de entre 25 a 30 metros de largo por 7 de ancho. Asimismo, se identificaron otras partes del submarino de menores dimensiones y formas, coincidentes con la sección de proa, la popa y la vela”.

Por último, la Armada destacó que “al Este y Noreste del área hay un importante campo de escombros que fueron encontrados dispersos en una superficie de 80 x 100 metros”.

Por su parte, el ministro Aguad resaltó que donde encontraron al submarino “era la zona en las que más probabilidades había de encontrar el submarino” y explicó que “la empresa que estuvo buscando el submarino nos tienen que entregar toda la información”.

“La última conexión del ARA San Juan con el satélite se registró el día 15 (de noviembre de 2017) a las 8.30 de la mañana. Y el ruido acústico que registró la CTBTO fue a las 10.51 de ese día, menos de dos horas después del último contacto que tuvo el submarino”, respondió el funcionario cuando fue consultado por la última comunicación del ARA San Juan con la Base Naval Mar del Plata.

Respecto de la posibilidad de reflotarlo, Aguad dijo que “la extracción dependerá de la tecnología existente, todos lo ven como muy difícil, pero en este mundo nos encontramos siempre con una sorpresa de la tecnología. La jueza va a querer verificar las presunciones que existen, y veremos cómo hacer para conseguirlas”.

A su turno, el titular de la Armada José Luis Villán ratificó que “a partir de ahora es la jueza que está a cargo de la causa la que va a determinar en qué momento se pueden remover las partes constitutivas del submarino que han sido halladas, esto obedece a la necesidad del campo pericial en el lugar. El otro límite es de la técnica, cuando se le preguntó a la empresa (si podía ser reflotado), si bien dijo que había posibilidades (de reflotarlo), en este momento no podemos ni afirmar ni negar (que se pueda realizar)”.

Por último, el ex vocero de la Armada Enrique Balbi presentó con unas diapositivas el informe preliminar que la empresa Ocean Infinity envió luego de que se identificara al submarino San Juan.

En ese sentido, Balbi dijo que el informe “confirma la identificación del San Juan (y) menciona que hay una parte del submarino, una sección mayor, que está a 907 metros y que es un área de cañones submarinos, (por lo que) la profundidad es irregular”. “Lo más importante es que el área de escombros es de 80 por 100 metros, esto sugiere que podría haber implosionado, colapsado, muy cerca del fondo, porque el desprendimiento de escombros es muy acotado en el área”, explicó Balbi.

Al respecto, el ex vocero detalló que el informe preliminar “menciona una sección mayor (del submarino), que es el casco resistente, que es de un acero especial de 33 milímetros de espesor. Es la parte habitable, donde están las baterías y equipos que tiene el submarino. Le da una cierta dimensión de 25 a 30 metros”.

De acuerdo a Balbi, el informe también especifica que fueron halladas “otras partes del submarino de menores dimensiones y formas (que) son coincidentes con la sección de proa, popa y la vela, que son las secciones de chapa naval en las que hay libre circulación de agua de mar. La vela es lo que le da la forma de gota de agua de protección a los mástiles”.

“La empresa había iniciado la búsqueda con tres zonas principales, después extendió el número de áreas, hasta llegar a esta que es la 15a, un área más chica, que está incluida en el Área 1, que siempre fue la que la Armada definió que era la de mayor probabilidad de que estuviese ahí”, respondió Balbi cuando fue consultado por la zona donde fue hallado el San Juan, al tiempo que agregó que “este contacto fue el 24°, se desecharon otros 23 contactos, el resto fueron formaciones geológicas o artes de pesca. En los últimos días se barrió de forma más lenta”.

El ex vocero de la Armada también contó que cuando en noviembre del año pasado un organismo internacional detectó una anomalía hidroacústica, “tres científicos argentinos de la Armada viajaron a Viena, Austria, se juntaron con científicos de la CTBTO, hicieron su propio análisis de esa anomalía hidroacústica, y coincidieron exactamente con la posición que decía la CTBTO. Ahí buscaron un montón de marinas extranjeras, incluso esta empresa tuvo que pasar varias veces hasta detectar este punto. No fue fácil detectarlo porque está construido para no ser detectado, y más con la implosión que tuvo, donde su casco resistente, si bien está en una misma unidad, no está partido, está en una sola pieza, pero sí deformado y abollado hacia el interior producto de la presión externa del mar”.

Balbi también fue consultado sobre cuándo habrá más información, y detalló que “hoy se está haciendo un nuevo mapeo más preciso, en alta definición, de toda el área de escombros, eso va a dar precisión de cuántos escombros, dimensiones, que, sumado a otras imágenes del ROV, con mejor definición”.

Por último, explicó que “cuando hablamos de implosión o colapso es cuando el submarino llega a una profundidad tal que la presión del mar supera la resistencia del material con el que está construido. El submarino se puede sumergir hasta cierta profundidad. El submarino implosionó, todas las partes fuera del casco resistente está desprendidas, no sabemos si están separadas. El casco resistente está en una sola pieza, no está partido al medio, y está visiblemente deformado y abollado hacia el interior. Encontraron cuatro partes, el casco resistente, la proa, la popa y la vela y una variedad de escombros como botellones de aire comprimido, que justamente por la implosión, los botellones de aire comprimido están en esa área de escombros”.

Infobae