Por Maria Eugenia Diaz        Lic. en Comunicación Social

En tiempos de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio la lucha contra el Covid-19 nos mantiene alerta, pero hay otra “lucha” que el sistema de salud y la sociedad deben enfrentar. Nos referimos a las adicciones. Para reflexionar sobre el tema consultamos a la Lic. en psicología, María Jorgelina Martínez (MP 5237).

Llevamos más de 100 días de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en nuestro país, múltiples efectos secundarios, por llamarlos de alguna manera surgieron, el económico, si se quiere el más apremiante. Pero hay un efecto al que poco se menciona, y es igual de apremiante; nos referimos al consumo problemático.

“Estamos ante una situación de alarma en la salud mental” -nos dice la Lic. Martínez- “El adicto sufre de encierro, aislándose socialmente y con restricciones constantes, lo cual lo llevan a sentirse limitado en su capacidad de vivir y desear”.

La adicción se entiende como un  hábito de conductas peligrosas o de consumo de determinados productos  del que no se puede prescindir. “Para Sigmund Freud, la adicción no se trata de la búsqueda de felicidad sino de la evitación del displacer. Lo central para pensar en la adicción no es la conducta del consumo como tal, sino las vivencias del sujeto en relación con la sustancia”; es decir, lo que las sustancias o comportamiento producen en el sujeto como por ejemplo placer, evitar la realidad, etc.

“Hoy en día las adicciones exigen una atención específica (…) sabemos que el consumo de diferentes sustancias puede ocasionar dependencias o cuadros relacionados con consumos excesivos -intoxicación o abstinencia-, teniendo consecuencias negativas no sólo en quien las consume sino también a nivel social, familiar, etc. No olvidemos que vivimos en una sociedad donde hay un consumo de drogas importante” afirma.

“Estamos ante una situación de alarma en la salud mental. El adicto sufre de encierro, aislándose socialmente y con restricciones constantes, lo cual lo llevan a sentirse limitado en su capacidad de vivir y desear”.

La depresión, la ansiedad y las adicciones son los problemas más frecuentes en salud mental y quizás los más “sensibles” y directamente relacionados con las condiciones sociales. Son justamente las condiciones sociales las que debido a la pandemia cambiaron drásticamente y generan angustia e incertidumbre.

La inestabilidad económica, la disminución de la protección social, la fragmentación de lazos institucionales y/o comunitarios, son algunos de los entramados con los cuales la constitución de nuestra personalidad debe arreglárselas: “Los niveles de incertidumbre aumentaron significativamente y no hay claridad de lo que puede significar todo esto en nuestras vidas. Ante ello, parten los problemas de ansiedad, miedo y ataques de angustia (…) hay padecimientos específicos generados por el aislamiento”, y agrega “a veces, en esta situación podremos ver un mantenimiento del problema o incluso veremos que el cuadro adictivo se intensifica, y puede haber problemas que aumenten”.

“Lo que hay que tener en claro es que en las adicciones, cualquiera que sea su variante, se busca una satisfacción y los consumidores de drogas esgrimen variados argumentos para sostener su “hábito” tóxico. Por una parte, atribuyen los malestares y las imposibilidades a una colección de agentes externos. Por otra se aferran al hecho de que el consumo de drogas les permite alcanzar intensas sensaciones placenteras, que no son posibles de otro modo que el de encontrarse bajo los efectos de las diferentes sustancias” explica.

Pero ¿qué se puede hacer? Para la Licenciada Martínez lo primero es buscar ayuda profesional (incluso en esta época puede hacerse on line) y visualizar el problema dentro del entorno conviviente. “El tratamiento de la adicción a menudo se centra en lograr la abstinencia o la reducción del consumo. Y fundamentalmente tener en cuenta que el adicto es una persona con dos problemas: el sufrimiento que tienen y el mal remedio que buscan en la droga. ¿Cómo ayudarlos? Con un tratamiento, evaluación y seguimiento, acompañado por las personas más cercanas que se encuentran en este momento a su lado” culmina.