“Fue todo muy sufrido, no pudimos disfrutar nunca”. Así sintetizó Jorge Sampaoli su paso, el de su cuerpo técnico y el de los futbolistas por el Mundial de Rusia. Ciento un días después de la derrota frente a Francia en Kazán, el entrenador volvió a plantarse frente a un grabador para analizar el desempeño del equipo que dirigió durante menos de un año. Defendió a los jugadores, resaltó la importancia de las tan cuestionadas reuniones que se efectuaron en la concentración durante la Copa del Mundo y criticó la endeblez de los proyectos de largo plazo. “Todos fuimos honestos en la aportación y yo también. Le puse mucho corazón y sentimiento, pero no alcanzó. No creo que tenga que reprocharme cosas”, afirmó.

“Fue un año de mucha tempestad, exigencia, obligación e inmediatez. Preparamos muy bien el Mundial, pero luego la Copa en sí no fue tan buena. Cada partido era casi un sufrimiento”, reconoció Sampaoli en una extensa entrevista publicada en el diario español Marca. “Nosotros y los jugadores estábamos obligados solo a ganar. La mochila que tenía este grupo era demasiado pesada”, añadió.

El entrenador reconoció que no había conseguido imprimir su estilo al seleccionado y que tampoco había conseguido sumar al plantel a algunos jugadores que tenía en carpeta (no dio nombres, aunque respondió al ser consultado por Franco Armani, Paulo Dybala y Mauro Icardi), pero lo atribuyó a la falta de tiempo de trabajo. “El Mundial fue muy prematuro. Había jugadores que venían del proceso de Brasil, con una final sobre sus espaldas, y yo aposté en el corto plazo por ellos. Teníamos un mapa de 100 jugadores para el corto, el mediano y el largo plazo”, explicó.

El Hombrecito de Casilda también admitió la existencia de reuniones con los futbolistas durante la concentración en Bronnitsy, defendió esa práctica y cuestionó la divulgación de esos cónclaves. “El problema no son las reuniones, sino que se vuelvan públicas”, remarcó. “Yo creo filosóficamente en la participación y en el compromiso. En el fútbol y en la vida. Nos juntamos para buscar soluciones, pero si eso termina en el living de las casas porque la televisión lo cuenta o en la pantalla de un celular por una red social, ocurre lo contrario”, agregó.

También defendió la incorporación de Javier Mascherano a las decisiones durante la Copa para lograr “que Argentina prosperase como grupo”. “Busqué todas las maneras para involucrar al grupo, para tratar de que el jugador se sacase la mochila de no ganar, esa ansiedad que les impedía desarrollarse individual y colectivamente. Además, Masche era un gran jugador de fútbol”, justificó.

En cuanto al tiempo compartido con Lionel Messi, el DT santafesino dijo que lo había notado “muy comprometido, sufriendo cuando no se ganaba” y cuestionó la presión que se deposita sobre él cuando le toca vestir la casaca albiceleste: “Messi viene de una estabilidad muy grande en su club. Llega a su país y tiene que ganar como sea, con una histeria colectiva muy grande. Y si no gana, sabe que se le vienen muchas críticas. Así no se puede ni jugar ni disfrutar”.

Sobre el futuro del seleccionado nacional, que transcurre un interinato a cargo de Lionel Scaloni mientras espera la designación de un entrenador que encare el próximo ciclo de clasificación para el Mundial de Catar 2022, Sampaoli pidió “organización, confianza ilimitada y saber que todo requiere un proceso”. “Si no se gana la Copa América, hay que mantener el proceso, no romperlo. Si se cree, se puede ganar, aunque sea más tarde. Pero hay que creer”, sostuvo.

Clarín