Son los que reservaron con el cambio a $ 20 y no escrituraron antes del salto a $ 28. La Cámara Inmobiliaria relevó que el 80% no pudo cubrir la fuerte suba en pesos de la vivienda. 

Los primeros trámites habían sido para saber cuánto podían pedirle al banco. Luego visitaron decenas de viviendas hasta dar con esa, la ideal. Reservaron. Llevaron todos los papeles y el sueño de la casa propia parecía a punto de cumplirse. Pero el dólar, de repente, pegó un salto inesperado. Tan grande que a ellos, tras semanas de angustia, no les quedó más opción que “bajarse”, perdiendo la ilusión y también mucho dinero.

Cuentan en las inmobiliarias que fue ese el desenlace más común para miles de familias que habían pedido préstamos hipotecarios UVA durante el primer cuatrimestre, con el dólar aún en torno a $ 20, pero no lograron escriturar antes de que la cotización superara los $ 25 en mayo e incluso se acercara a $ 29 este mes.

¿Qué pasó? Como el préstamo se da pesos, pero la propiedad se compra en dólares, esa suba de un 37% en sólo dos meses implicó para quien aspiraba a un 2 ambientes promedio en Capital la repentina necesidad de conseguir $ 720 mil extras, a veces a días de la fecha de escrituración.

Con datos de Reporte Inmobiliario, Clarín calculó que desde abril, por ejemplo, el precio de una reserva por 40 m2 aumentó $ 536 mil para quien compra en Barracas, $ 646 mil en Pompeya, $ 765 mil en Caballito y más de $ 1 millón en Palermo. Diferencias que, para muchos, resultaron insalvables, al tener ingresos que ya no les permitían pedir tanto más y ante vendedores que, en general, no estuvieron dispuestos a aceptar rebajas.

“Fue como un meteorito que cayó de repente y trastornó todo”, comparó Armando Pepe, titular del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad (Cucicba). Los últimos datos que ellos manejan, de mayo, reflejan que “el 25% de las escrituras que estaban por firmarse se cayeron”. Pero en junio el dólar pegó el segundo salto fuerte, y el colapso se generalizó.

“De los que iniciaron con el dólar a $ 20 y llegaron a escriturar a $ 23 o $ 24, un 80% se concretó. El desfasaje se pudo manejar. Pero, entre los que demoraron más, una vez que el dólar pasó los 25, más del 80% de las operaciones en curso se cayeron o quedaron suspendidas. Quedó todo parado hasta ver en cuánto se estabiliza el dólar”, aseguró a Clarín Alejandro Juan Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.

Y explicó: “Sucede que la gente, al reservar, dejó sólo 5 o 10% de margen por si el dólar subía. Nadie se preparó para algo así. La volatilidad fue tal que ni siquiera tenía sentido ir al banco a renegociar el monto. Hubo gente que lo hizo para ajustarse a un dólar de $ 23 o $ 25, sumando ingresos de familiares y pidiéndoles dinero prestado a sus allegados, y el banco hizo el esfuerzo para acceder. Pero luego tampoco eso sirvió porque el dólar volvió a subir y el caso ya fue insalvable”.

Para los que debieron desistir, fue mucho más que una dura desilusión: muchos perdieron reservas que habían entregado por montos que promedian los US$ 5 mil (más de $ 140 mil). Y si habían llegado a la etapa final, les reclamaron gastos de escribanía.

“La reserva la toma la inmobiliaria, pero es del propietario, que en algunos casos accedió a devolverla y en otros, no. Se trató de mediar para que comprendieran la situación, pero legalmente lo que corresponde es que el comprador la pierda”, explicó Pepe.

“Lo que buscamos -añadió Seeber- es mediar para que devuelva, si no todo, al menos parte del monto. También hay que entender que el vendedor dejó de ofrecer su propiedad y que el escenario hoy, para vender, ya no es tan ventajoso como hace unos meses.”

El gran problema, coinciden las inmobiliarias, es que las compras con préstamo aún tardan entre 3 y 5 meses. Lo otro que señalan es que las consultas por nuevas compras con préstamo, en los últimos días, casi desaparecieron. Algo lógico teniendo en cuenta que, según calculó Clarín con datos de Reporte Inmobiliario, el precio en pesos de un departamento promedio es ahora 90% mayor que hace un año. Y el requisito de ingresos para comprarlo es 170% mayor.

En este escenario, y luego de haberse sumado más de 33 mil deudores hipotecarios desde 2016, mayormente en UVA, muchos bancos reconocen que la demanda bajó. En el Galicia, las solicitudes cayeron 20 a 25%. En el Hipotecario, tras un año de constante crecimiento, la demanda de nuevos créditos bajó 25 a 30%. “Las evaluaciones de créditos UVA bajaron en mayo un 50% en relación al promedio de los últimos 12 meses”, cerraron en el Macro.

Fuente: Clarín