Mariana Narváez, su novio Tomy y Drako, el perro. Llegaron a Nizhny Novgorod en auto desde Argentina.

¿Qué demonios hace un auto con patente argentina en Nizhny Nóvgorod?

 

“Nos vinimos al Mundial en auto”, dice Mariana Narváez, una mendocina sonriente que lleva dos años y medio viviendo en el Volkswagen Saveiro. “Salimos en noviembre de 2015. “No nos gustaron los resultados de las elecciones y nos fuimos”, explica en la ciudad en la que hoy la Argentina juega un partido clave ante Croacia para mantener sus esperanzas en el Mundial.

¿Y cómo es que un auto argentino termina en la otra punta del mundo? “Este coche lo agarramos cero kilómetro, paramos un tiempo en Brasil a trabajar porque se nos acababan los ahorros. Manejamos toda Sudamérica y a Panamá cruzamos en barco desde Colombia. Después hicimos toda Centroamérica y volvimos a trabajar en México para poder venirnos a Rusia”.

Para llegar a Rusia con el auto había que tocar primero tierra firme en Europa, y así fue que Mariana y su novio, Tomy, se subieron junto con Drako, el pitbull, a un barco que los llevó hasta Bélgica. “¡Era el puerto más barato! Y de ahí nos fuimos a Rusia manejando”.

Mariana y su novio habían vivido juntos el Mundial de Brasil y se quedaron con ganas de más. Querían hacer juntos un viaje largo y lento para “conocer a la gente y las diferentes culturas”. Cuando llegaron por fin a la frontera rusa, las cosas fueron menos complicadas de lo que podría haberse pensado.

El plan de Mariana y su novio es seguir en el Mundial hasta el final, suceda lo que sucediere con Argentina. Pero, claro, hoy querrían ver a la selección. Por eso, se apostaron con su auto frente al hotel en el que se alojó la AFA. “Ya le fuimos a gritar al ‘Chiqui’ Tapia nuestra historia. Nos escuchó. A ver si nos da entradas”.

Fuente: La Nación