Cierres parciales, país por país y de forma temporal, para dar garantías y certidumbre a los argentinos que están en el exterior o a los que tenían agendadas vacaciones. Esta es la medida que más fuerza toma en el Gobierno como respuesta a la recomendación de los expertos de salud tras el surgimiento de una nueva cepa del coronavirus y, al mismo tiempo, para generar el menor impacto posible en el malhumor social, luego de 9 meses de pandemia.

Luego del cúmulo de especulaciones que hubo durante la jornada del lunes, fogoneado por el encuentro en el Ministerio de Salud que encabezó Ginés González García, en el Gobierno advierten que por ahora no prevalece la decisión de hacer un cierre total de fronteras, pero admiten que en las próximas horas podría ampliarse la lista de destinos con cierre de vuelos, como ocurrió con el Reino Unido el domingo, informa La Brújula.

“Estamos analizando caso por caso, país por país. Un cierre total de fronteras hoy parece apresurado”, dijo una alta fuente al tanto de los distintos escenarios que evalúa el Presidente, que recibió este lunes el informe que le envió el ministro luego de escuchar las características del nuevo virus por parte de autoridades y biólogos del Instituto Malbrán.

En ese sentido, además de reforzar los controles en Ezeiza, tomar una decisión con respecto a Brasil, país con el que ya está cerrado el transporte terrestre y que evidencia un rebrote en las últimas semanas, “es una posibilidad concreta”, admitieron fuentes oficiales. No sería sólo el caso de Brasil. También algunos países europeos en los que se registró la aparición de la mutación del coronavirus, denominada N5017.

De todos modos, la aclaración llega casi de forma inmediata: “No van a ser cierres permanentes, sino quirúrgicos y temporales”, explican, descartando un cierre masivo de fronteras, similar al de marzo, cuando arrancó la pandemia.