Cargado de misterio e intriga. Así fue el anuncio lanzado días atrás por el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) y el Telescopio de Horizonte de Eventos (EHT) acerca de un evento astronómico inédito que darían a conocer por conferencia de prensa y transmisión en vivo el jueves 12 de mayo. Si bien estas instituciones venían avisando desde 2017 que pronto tendrían interesantes novedades sobre lo que hay en el corazón de la Vía Láctea, mantuvieron en reserva el histórico suceso y recién ahora mostraron a los ojos del mundo entero la primera foto de Sagitario A*, el enorme agujero negro que ocupa el centro de nuestra galaxia.

La imagen difundida muestra un anillo luminoso con tres focos de luz más intensa, correspondientes a aglomeraciones de esa luz circundante, y que determinaría el borde físico del agujero negro que, de acuerdo a la teoría más aceptada, se estima existe en el centro de todas las galaxias. El antecedente directo de este acontecimiento es la foto del agujero negro del centro de una galaxia llamada Messier 87 (M87) publicada en 2019 por las mismas organizaciones astronómicas responsables del nuevo hallazgo. Desde entonces, han estado haciendo más observaciones y chequeando enormes volúmenes de datos para tener la mayor precisión posible sobre lo que develarían ahora.

“M87 es una galaxia elíptica, es decir que tiene forma de elipses o círculos estirados, y es la más grande del cúmulo de galaxias cercanas a la nuestra”, cuenta Carlos Argüelles, investigador del CONICET en el Instituto de Astrofísica de La Plata (IALP, CONICET-UNLP), y continúa: “Ese tipo de objetos centrales tienen un disco de acreción, que es una estructura formada por gas y polvo, girando a su alrededor. Allí, la materia se va acumulando, calentando y compactando, y emite radiación en distintas longitudes de onda que, por efecto de la gravedad, caen hacia el centro generando unas trayectorias curvadas que dan una idea directa de la masa del objeto”.

Si bien el nuevo agujero negro develado es mucho menos masivo que el de M87 –4 millones de masas solares contra mil millones, respectivamente– ambas imágenes los muestran muy similares. Estas semejanzas, de acuerdo a los expertos y expertas a cargo de la investigación, brindan una pista clave sobre lo que sucede en este tipo de objetos: sin importar su tamaño o entorno en el que se encuentren, en los agujeros negros es la gravedad la que toma el control. Cabe mencionar que la EHT es una red de ocho poderosos telescopios distribuidos en distintos puntos del planeta con cuyas imágenes se intenta crear una especie de lente del tamaño de la Tierra.

Por su parte, la ESO es una organización astronómica intergubernamental fundada hace 60 años dedicada a la astrofísica y a la operación de telescopios en el desierto de Atacama, al norte de Chile. Sus oficinas centrales están en Garching, Alemania, desde donde se llevó adelante la conferencia que acompañó la difusión de la imagen. Durante la transmisión, los y las científicas a cargo explicaron los detalles de lo que se veía en pantalla e hicieron especial énfasis en el volumen de información procesada y las complejidades atravesadas hasta llegar a obtener la representación final, producto del ensamblaje de miles de observaciones capturadas en distintos momentos a lo largo de los años.