El 25 de junio de 2019 se cumplieron diez años del fallecimiento de Michael Jackson, uno de los hombres más famosos del mundo, el proclamado “Rey del Pop”. Tanto en vida como una vez muerto han circulado cientos de rumores sobre la vida del cantante. Demasiadas operaciones, adicción a las drogas, abusos sexuales y un sinfín de acusaciones que culminaron con el escalofriante documental de HBO “Leaving Neverland”.

Precisamente una nueva película-documental llamada “Killing Michael Jackson” reveló nuevos secretos y anécdotas sobre la vida y muerte del cantante. Cuando ya se creía que nada nuevo podía salir, el detective Scott Smith, de la Policía de Los Ángeles, confirmó que Michael Jackson era calvo.

El ​detective vio el cuerpo de Jackson durante el proceso de la autopsia y ahora decidió revelar todos los detalles en el documental.

Smith, en la película, explica que “cada vez que estaba en público llevaba una peluca”. “Cuando vi su cuero cabelludo, observé cómo la parte superior de su cabeza estaba calva. Además, tampoco tenía casi ningún pelo en los costados”.

Este detalle sobre su anatomía no fue el único en salir a la luz. Además de su calvicie, el cuerpo de Jackson estaba completamente cubierto de cicatrices y señales de las numerosas cirugías a las que se había sometido: detrás de las orejas, en la nariz, en la base del cuello, en los brazos, en las muñecas y un largo etcétera.

También muestran que el artista tenía un tatuaje que le oscurecía la zona superior para disimular la ausencia de cabello. Las evidencias indican que esto se produjo a raíz de las quemaduras que sufrió en un incidente ocurrido en 1984 en el set de Pepsi.

Jackson murió el 25 de junio de 2009 por un paro cardíaco provocado por una sobredosis de propofol, un calmante.